Política y sencillez
Muchas cosas se pueden decir de un hombre como Alfredo Pérez Rubalcaba. Un catedrático en Química Orgánica que dejó su pasión para dedicarse a otra durante varias décadas: la política.
En esta faceta pudimos conocer a un hombre brillante y de oratoria impecable. Una persona que consideraba a España por encima de todo y que amaba al PSOE por encima de quien fueran sus integrantes, inmolándose políticamente en las elecciones de 2011 ante las súplicas de auxilio de su partido, el cual caminaba sin frenos hacia el precipicio. Lloró con las víctimas de ETA y luchó con inteligencia y firmeza...
Muchas cosas se pueden decir de un hombre como Alfredo Pérez Rubalcaba. Un catedrático en Química Orgánica que dejó su pasión para dedicarse a otra durante varias décadas: la política.
En esta faceta pudimos conocer a un hombre brillante y de oratoria impecable. Una persona que consideraba a España por encima de todo y que amaba al PSOE por encima de quien fueran sus integrantes, inmolándose políticamente en las elecciones de 2011 ante las súplicas de auxilio de su partido, el cual caminaba sin frenos hacia el precipicio. Lloró con las víctimas de ETA y luchó con inteligencia y firmeza hasta disolver a la banda terrorista. Puede que España y su partido estuvieran en deuda con él, pero para entonces Alfredo ya estaba dando clase a sus alumnos.
Fabián Huerta, Madrid.