DEFENSOR DEL LECTOR

Periódicos en campaña

Varios lectores exigen a EL PAÍS que, con independencia de su línea editorial, afine la selección y presentación de las noticias

Debate en el Parlamento vasco sobre la ley que reconoce a las víctimas de abusos policiales.L. Rico

El periodo electoral en el que está España propicia una mayor vigilancia externa e interna sobre el comportamiento de los medios de comunicación. Por eso los periodistas deben ser aún más cuidadosos para no cometer errores interpretables como decisiones a favor o en contra de uno u otro partido. Varios lectores exigen a EL PAÍS que, con independencia de su línea editorial, afine la selección y presentación de las noticias. Las opiniones, ya se sabe, son libres, pero los hechos, sagrados.

“El periódico”, indica el Libro de estilo, “se esfuerza por presentar una información veraz...

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El periodo electoral en el que está España propicia una mayor vigilancia externa e interna sobre el comportamiento de los medios de comunicación. Por eso los periodistas deben ser aún más cuidadosos para no cometer errores interpretables como decisiones a favor o en contra de uno u otro partido. Varios lectores exigen a EL PAÍS que, con independencia de su línea editorial, afine la selección y presentación de las noticias. Las opiniones, ya se sabe, son libres, pero los hechos, sagrados.

“El periódico”, indica el Libro de estilo, “se esfuerza por presentar una información veraz, lo más completa posible, interesante, actual y de alta calidad, de manera que ayude al lector a entender la realidad y a formarse su propio criterio”. Llegan estos días acusaciones de supuestos incumplimientos de ese principio. Las más numerosas se han referido a la manera en que ha contado el diario la tormentosa sesión el Parlamento Vasco del 4 de abril.

Ese día, y en el debate de la Ley de Reconocimiento y Reparación de Víctimas de violencia policial en Euskadi, un diputado de EH Bildu llamó “nazis” y “franquistas” a policías y guardias civiles. Los parlamentarios del PP se marcharon como protesta y la norma fue aprobada con votos del PNV y del PSE-PSOE, los dos partidos que la habían pactado como modificación de otra ley de 2016 recurrida ante el Tribunal Constitucional por el Gobierno de Mariano Rajoy.

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El hecho era políticamente relevante por el contenido de la ley (prevé indemnizaciones por muertes o lesiones causadas por policías o guardias civiles en Euskadi entre 1978 y 1999) y por el incidente en la cámara, a la que asistían sindicalistas policiales que respondieron al insulto poniéndose de espaldas al hemiciclo.

Pese a todo, EL PAÍS no publicó al día siguiente en la edición de papel ni una línea de lo ocurrido.

En 57 días de la precampaña, el PSOE estuvo 31 veces en primera página, por delante del PP (25), Ciudadanos (18), Podemos (11) y Vox (9)

“Me gustaría que me indicaran qué ocultos y probablemente incalificables intereses se esconden tras su silencio”, me espetó Luis González Domingo. “Los cuerpos policiales fueron humillados con la connivencia del PSE-PSOE y ustedes lo silencian”, criticó Juan Sacristán. En comentarios en la web hubo palabras más duras.

El responsable de la sección de Política en esa jornada, Xosé Hermida, recuerda que el día del incidente sí se difundió una información en la web firmada por Mikel Ormazábal, pero asume que ni él ni sus interlocutores la valoraron bien a la hora de seleccionarla para el papel. “No hay disculpa; deberíamos haberla publicado”.

Eso quedó patente en el texto que un día después publicó Ormazábal, quien describió la sesión como “el pleno más bronco del Parlamento Vasco en los últimos años”. Con 24 horas de retraso, el periódico difundió en papel la primera noticia al respecto, titulada El PP recurre la ley vasca para las víctimas de abusos policiales.

Se recordaba lo ocurrido, pero no las claves del pacto entre PNV y PSOE. Para el lector Mario Delgado, fue una “salida de paso” con la intención de “proteger al PSOE y su vergonzante apoyo a esa ley”.

Otros lectores nos han afeado llamar “frikis” a algunos asistentes a un mitin de Vox en Barcelona vestidos con ropas estrafalarias. Calificarlos así “ayuda al victimismo” de ese partido, sostiene Enrique Abiega. Otros se quejan por “caricaturizar” en algún texto a Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, porque el periódico se arriesga a “perder lectores que no son de su cuerda”, opina Jesús González.

Al hilo de los comentarios de ese tipo, he contabilizado las veces que se cita a cada partido en los titulares de la primera página del diario desde que el 15 de febrero se convocaron las elecciones generales hasta el viernes 12 de abril, día del arranque oficial de la campaña. No es un ejercicio científico, sino una mera referencia numérica.

En esos 57 días, la portada ha recogido 31 noticias sobre el PSOE o sus responsables, por delante del PP (citado en 25 titulares), Ciudadanos (18), Podemos (11) y Vox (9).

Cada cual sacará sus conclusiones. También en este caso, las opiniones son libres, pero los hechos, sagrados.

P. D.: El día 6, un artículo de Verne empezaba así: “Seguro que has visto esta escena muchas veces: vas al supermercado a por algo para picar. Te compras un bollo —o algo de fruta— que metes en una pequeña bolsa de plástico. Sales, tiras la bolsa y te comes el bollo”. “Imagina que el Homo erectus que descubrió el fuego...”, arrancaba un análisis el viernes. Lo que sabe el televisor de ti, decía un titular el 17 de febrero.

Nuestras disculpas si alguno de ustedes se ha sentido molesto. No, no hemos cambiado las normas de respeto no escritas que hemos utilizado desde el nacimiento del periódico. Tampoco en la web, donde prolifera el tuteo. A los lectores les seguimos tratando de usted.

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