ESPECIAL PUBLICIDAD

Alarga el verano: escapadas con niños para este otoño

Un recorrido por los sorprendentes paisajes naturales de la Comunitat Valenciana

Una familia en el municipio de Alacant (Alicante).GETTY

El verano nunca dura lo suficiente. Excepto en la Comunitat Valenciana, donde, según en qué zonas, el calor se puede alargar hasta principios de noviembre. Pero independientemente de las temperaturas, muchos firmarían para obtener una prórroga de las vacaciones, sobre todo si de por medio hay niños que exigen incesantes estímulos y atenciones. Aquí van nueve escapadas en la naturaleza y el medio rural para apagar la morriña del verano y saciar la sed de diversión de los pequeños de la casa.

Parque natural de la Font Roja: bosques caducifolios al lado de Alcoi e Ibi

Uno de los principales reclamos de este parque enclavado en los términos municipales de Ibi y Alcoi es su bosque de carrascas. Sin embargo, la Font Roja reúne también numerosos arces, fresnos, tejos y otros árboles caducifolios, lo que la convierte en el lugar perfecto para que los niños aprendan a distinguir sobre el terreno entre hoja caduca y perenne. Si se dispone de tiempo y forma física, vale la pena alcanzar la cima del Menejador y disfrutar de sus vistas privilegiadas. Bajando hacia Alcoi se puede realizar una visita al Barranc dels Cinc, emblema del municipio y albergue de yacimientos arqueológicos y varias fuentes.

Parque natural de la Serra Gelada: para los amantes de la playa

Hay quienes se niegan a renunciar a los baños en la playa por muy entrado que esté el otoño. Muchas zonas de la Comunitat Valenciana permiten conjugar el mar y la montaña; entre ellas se encuentra el municipio de Altea. Sus callejuelas de casas blancas están al amparo de la Serra Gelada, salpicada de senderos cuyas panorámicas se quedarán grabadas para siempre en la retina de los niños. El contraste entre el terreno escarpado y los vientos marinos convertirá cada ruta en una aventura.

Parque natural de la Serra d'Irta: una sierra al lado del mar

Por los municipios castellonenses de Peníscola, Alcalà de Xivert y Santa Magdalena de Pulpis se extiende el parque natural de la Serra d'Irta, escasa en altura pero considerablemente extensa (más de 15 kilómetros). La sierra transcurre siempre paralela a la costa, lo que convierte las calas y acantilados en la norma en el parque. Tampoco faltan castillos, ermitas, antiguos hornos de cal y torres vigías. Los niños de sentirán osados exploradores de las reliquias del pasado descubriendo las numerosas rutas, algunas muy breves y asequibles para todas las edades, que esconde la Serra d'Irta. Recorrer los meandros del parque en bicicleta es una muy buena alternativa, sobre todo si se emprende en familia. Si tras las caminatas (o carreras) los niños siguen con ganas de marcha, una visita al Magic Museum by Yunke, en Peníscola, pondrá la guinda a su día con una buena dosis de magia y fantasía.

Alcossebre: las mejores calas para bucear

Al sur de la Serra d'Irta se encuentra Alcossebre, perteneciente al municipio de Alcalà de Xivert, preferido por muchos en verano como destino tranquilo y retirado junto al mar. Los alrededores del pueblo comparten con la Serra d'Irta la vegetación semiárida y las numerosas calas de agua cristalina que todavía hoy permanecen secretas para muchos. En ellas, y si el agua todavía no está demasiado fría, los niños pasarán estupendas tardes de buceo y juegos acuáticos.

Paisaje de Alcossebre (Castellón).

El Puig Campana: el mirador de la Marina Baixa

No es sencillo encontrar picos de aspecto tan impresionante como el Puig Campana. Situado en el término municipal de Finestrat, el Puig Campana parece alzarse de la nada para intentar tocar el cielo y, desde allí, vigilar la comarca de la Marina Baixa. La cima se puede alcanzar desde numerosos senderos. Su dificultad media-alta los hace recomendables sobre todo a personas acostumbradas a la montaña, ya sean niños o adultos.

La Tinença de Benifassà: un bosque encantado a resguardo de las masas

Lindando con Cataluña y Aragón se encuentra la subcomarca de la Tinença de Benifassà, un paraíso natural que, sorprendentemente, muchos habitantes de la Comunitat Valenciana todavía no conocen. Los que lo visitan por primera vez, sin embargo, saben que no será la última. La Tinença comprende los municipios de La Pobla de Benifassà, Coratxà, El Boixar, Fredes, El Ballestar, Rossell, Bel, Vallibona y Castell de Cabres. Los bosques que se extienden entre ellos son los más frondosos de la Comunitat Valenciana; a los niños no les costará creer que un duende les puede salir al paso en cualquier momento. Lo que seguro que encontrarán sin mucho esfuerzo serán pueblos deshabitados, escarpados relieves y cuevas imposibles como la de l'Aire, en el término municipal de Fredes. La extensión de la Tinença es tan vasta que un fin de semana se queda corto, pero siempre queda la opción de dosificar en varias visitas este inacabable bosque encantado.

Parque natural de la Serra Calderona: picnics y rutas en familia

Por su proximidad a la ciudad de València (apenas 20 kilómetros), la Serra Calderona, que funciona como frontera natural entre las provincias de Valencia y Castellón, recibe visitantes todos los días de la semana, llueva o haga sol. Los diversos senderos acogen caminantes y ciclistas, solitarios o en grupo, con amigos o en familia. Los sábados y los domingos, el área recreativa contigua al monasterio de Santo Espíritu, en Gilet, es un rincón inmejorable para picnics familiares, especialmente si el plan incluye niños; ellos se divertirán correteando entre los pinos y jugando en el parque del merendero. Pueblos como Serra, Segart y Olocau merecen una visita cultural y gastronómica (el almuerzo valenciano, o esmorzar, es una religión en estos pueblos de montaña).

Parque natural de Serra Calderona, situado entre las provicincias de Valencia y Castellón.GETTY

Morella: dinosaurios y aventuras en la naturaleza

Seguro que el lector ha oído hablar de Morella: además de ser uno de los municipios con más historia de la Comunitat Valenciana, en él la sensación de que el tiempo se ha parado hace siglos es sobrecogedora. Visitar el castillo que se alza sobre el pueblo es tan recomendable como descubrir las callejuelas enredadas del casco antiguo. Los niños se entusiasmarán en el Museo de Dinosaurios o en el circuito de aventura Saltapins (edad mínima 6 años), situado en medio de un bosque de pinos. Si se quiere entrar en Morella por la puerta grande, lo mejor es llegar desde Vallibona, por el sendero que conduce hasta el Peiró Trencat. Desde allí las vistas de Morella son impactantes, sobre todo si la llegada coincide con el atardecer.

Alquería el Machistre: cultura de chufa

Cercana a la huerta de Alboraia, casi a la orilla del mar, se sitúa la Alquería el Machistre, un espacio que pretende preservar la memoria agrícola, arquitectónica y gastronómica de la zona. Conviviendo con las tareas de conservación están las de divulgación, y por eso la alquería se abre a los visitantes de distintas maneras: por ejemplo, a través del Museo de la Chufa y la Horchata es posible conocer la elaboración de la bebida local, la horchata. Los paseos por la huerta son otros de los reclamos de la alquería. Todas las actividades pueden adaptarse a los niños; tal vez las que más les atraerán serán las relacionadas con los juegos populares y la artesanía de la zona. Un lugar perfecto para invertir una mañana o una tarde en compañía de los pequeños.

El municipio de Alcalà de Xivert (Castellón).GETTY

Esta noticia, patrocinada por Agència Valenciana del Turisme, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.

Archivado En