¿Por qué nadie habla de él?

Somos padres de una maravillosa hija de un año y ocho meses, y estamos esperando nuestra segunda hija. En una analítica rutinaria ya cercana al tercer trimestre, nos sale un indicador extremadamente alto, “citomegalovirus”. Mi mujer no quiere alarmarse y se dice: “No voy a mirar por Internet”, a los cinco minutos ya está buscando y lo que ve la deja helada: un virus que puede infectar al feto y causar gravísimos daños al bebé. Según nos vamos informando la preocupación se vuelve en indignación. ¿Por qué nadie nos ha avisado? Nos hablan del síndrome de Down, del alcohol, la leche pasteurizada, ...

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Somos padres de una maravillosa hija de un año y ocho meses, y estamos esperando nuestra segunda hija. En una analítica rutinaria ya cercana al tercer trimestre, nos sale un indicador extremadamente alto, “citomegalovirus”. Mi mujer no quiere alarmarse y se dice: “No voy a mirar por Internet”, a los cinco minutos ya está buscando y lo que ve la deja helada: un virus que puede infectar al feto y causar gravísimos daños al bebé. Según nos vamos informando la preocupación se vuelve en indignación. ¿Por qué nadie nos ha avisado? Nos hablan del síndrome de Down, del alcohol, la leche pasteurizada, los gatos, la carne cruda, y del citomegalovirus (CMV) ni una sola palabra.

Se lo conoce como la enfermedad del hermano mayor, esto es debido a que el virus lo trae el hermano, el foco de infección es el contacto con otros niños. La Seguridad Social no hace pruebas para detectarlo. Lo normal, si no es un caso muy grave, es que los síntomas aparezcan entre el segundo y tercer año de vida, pudiendo producir sordera, daños neurológicos hasta parálisis cerebral. Estamos ante una epidemia sin precedentes con daños gravísimos a nuestros hijos que, con información, educación y medidas de la Administración se podría reducir drásticamente.— Antonio Alonso García de Oteyza. Barcelona.

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