Un acto deslucido en Barcelona

Desgraciadamente, Barcelona no ha estado a la altura de las circunstancias en el primer aniversario de los atentados del 17-A. El contenido del discurso de la periodista Gemma Nierga estaba hueco; más allá de unos sufridos mantras, carecía de mensaje y contenido y nadie se preocupó siquiera de recordar a los asesinados por sus nombres. A esto se le unió la imagen deslucida de un montón de sillas vacías, fruto de un error de cálculo sobre el número de invitados.

Y, como guinda, es difícil entender desde el sentido común que en un acto de esta importancia en Barcelona se desprecie la leng...

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Desgraciadamente, Barcelona no ha estado a la altura de las circunstancias en el primer aniversario de los atentados del 17-A. El contenido del discurso de la periodista Gemma Nierga estaba hueco; más allá de unos sufridos mantras, carecía de mensaje y contenido y nadie se preocupó siquiera de recordar a los asesinados por sus nombres. A esto se le unió la imagen deslucida de un montón de sillas vacías, fruto de un error de cálculo sobre el número de invitados.

Y, como guinda, es difícil entender desde el sentido común que en un acto de esta importancia en Barcelona se desprecie la lengua mayoritaria hablada en esta ciudad, el español, cuyo uso además hubiese facilitado la comprensión a la gente del resto de España que estaba siguiendo el evento por televisión. Gemma Nierga podía haber usado ambas lenguas oficiales en una muestra de convivencia. No entiendo la cerrazón nacionalista y mucho menos en estas ocasiones.

En resumen, un acto deslucido, sin mensaje y con muestras de improvisación. Las víctimas merecían algo más.— José Ginés. Barcelona.

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