Suciedad en las playas

A pesar de haber tenido que recuperar de nuestros ajuares las bolsas de pan bordadas por nuestras madres y abuelas para no contaminar con las de plástico, la suciedad en las playas sigue siendo una asignatura pendiente. Todavía nos sigue acompañando mientras nos bañamos la bolsita del polo, un salvaslip, una tirita e incluso algún pañal. No les hablo de playas desiertas, sino de playas galardonadas con bandera azul. Una vez en la arena, seguimos viendo a quienes comen pipas y no retiran las cáscaras, quienes siguen enterrando la colilla del cigarrillo, quienes se olvidan envases de pl...

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A pesar de haber tenido que recuperar de nuestros ajuares las bolsas de pan bordadas por nuestras madres y abuelas para no contaminar con las de plástico, la suciedad en las playas sigue siendo una asignatura pendiente. Todavía nos sigue acompañando mientras nos bañamos la bolsita del polo, un salvaslip, una tirita e incluso algún pañal. No les hablo de playas desiertas, sino de playas galardonadas con bandera azul. Una vez en la arena, seguimos viendo a quienes comen pipas y no retiran las cáscaras, quienes siguen enterrando la colilla del cigarrillo, quienes se olvidan envases de plástico o vidrio... Eso sí, en algunas playas las papeleras escasean y, a partir del mediodía, se encuentran desbordadas y con la basura apilada a su alrededor. Nuestro avance en civismo es una realidad si nos retrotraemos unas décadas, sin embargo, es tan paulatino que a veces es inapreciable.— José Solano Martínez. Cartagena (Murcia).

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