Cartas al director

El verdadero enemigo

Hace poco más de tres meses que emprendí la arriesgada aventura del autoempleo a través de una pequeña franquicia comercial. El verdadero problema y quebranto que quizás haga que tenga que abandonar esta ilusionante aventura se llama “alquiler prohibitivo”. Sin duda, el gran problema del pequeño comercio no es la gran superficie, todavía quedan muchas personas que siguen haciendo sus compras cotidianas en las tiendas de barrio. Lo que realmente mata al pequeño comercio en una ciudad como Madrid (desconozco el resto) son los desorbitados precios de los alquileres de los locales comerciales. Yo ...

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Hace poco más de tres meses que emprendí la arriesgada aventura del autoempleo a través de una pequeña franquicia comercial. El verdadero problema y quebranto que quizás haga que tenga que abandonar esta ilusionante aventura se llama “alquiler prohibitivo”. Sin duda, el gran problema del pequeño comercio no es la gran superficie, todavía quedan muchas personas que siguen haciendo sus compras cotidianas en las tiendas de barrio. Lo que realmente mata al pequeño comercio en una ciudad como Madrid (desconozco el resto) son los desorbitados precios de los alquileres de los locales comerciales. Yo estuve casi seis meses hasta que encontré uno a un precio que, en principio, podría asumir. Me equivoqué. El precio de los locales debería estar regulado de alguna manera; los alquileres son abusivos y destruyen al pequeño comercio. Estoy de acuerdo con la libertad de precios y el libre mercado, pero, sin un control, resulta inviable que se pueda sobrevivir con lo que se vende.— Luis Román Triguero. Madrid.

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