Será por relato…

Repetidamente oímos a muchos lamentar que España carece de un “relato” de sí misma lo suficientemente atractivo como para integrar a sus ciudadanos, pueblos y comunidades. Un país, una nación también, que dejó atrás una dictadura y vive desde hace 40 años bajo una Constitución democrática; que forma parte de la comunidad de países democráticos más próspera del mundo; que superó, políticamente, el dolor y la sangre causados por el terrorismo más devastador de los países de nuestro entorno; que durante ese tiempo ha vivido bajo Gobiernos diferentes —unos positivos, mediocres otros, inoperantes o...

Repetidamente oímos a muchos lamentar que España carece de un “relato” de sí misma lo suficientemente atractivo como para integrar a sus ciudadanos, pueblos y comunidades. Un país, una nación también, que dejó atrás una dictadura y vive desde hace 40 años bajo una Constitución democrática; que forma parte de la comunidad de países democráticos más próspera del mundo; que superó, políticamente, el dolor y la sangre causados por el terrorismo más devastador de los países de nuestro entorno; que durante ese tiempo ha vivido bajo Gobiernos diferentes —unos positivos, mediocres otros, inoperantes otros tantos, incluso altamente corruptos—; que ha alcanzado estándares de libertad, bienestar y desarrollo no conocidos en periodos y magnitudes semejantes y que, pese a ello, asiste a la acentuación de las desigualdades, a la marginación de significativos segmentos de población, al cuestionamiento peligroso de la convivencia entre sus territorios y a una negativa a evacuar definitivamente las negras consecuencias de enfrentamientos pasados. Para todo lo hecho y para todo lo que falta por hacer, ¿falta relato? Será por relato… y que siga escribiéndose entre todos.— Felipe Nieto. Madrid.