Cartas al director

La EMA ya no vendrá a Barcelona

Llevaba meses soñando con el traslado de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de Londres a mi ciudad natal. Ya imaginaba su sede en la torre Agbar, los 900 empleos directos de nuevo cuño y el prestigio científico mundial que adquiriría mi querida Barcelona. Sueño roto, indefectiblemente; el espejo onírico ha estallado en mil pedazos tras el 1 de octubre.

La EMA se trasladará a Ámsterdam o Milán, no me cabe la menor duda. Los holandeses y/o los italianos seguramente se estarán frotando las manos. Deben de pensar: qué cándidos estos catalanes, peix al cove. Barcelona volverá...

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Llevaba meses soñando con el traslado de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de Londres a mi ciudad natal. Ya imaginaba su sede en la torre Agbar, los 900 empleos directos de nuevo cuño y el prestigio científico mundial que adquiriría mi querida Barcelona. Sueño roto, indefectiblemente; el espejo onírico ha estallado en mil pedazos tras el 1 de octubre.

La EMA se trasladará a Ámsterdam o Milán, no me cabe la menor duda. Los holandeses y/o los italianos seguramente se estarán frotando las manos. Deben de pensar: qué cándidos estos catalanes, peix al cove. Barcelona volverá a ser la ciudad de provincias que antaño fue, el sueño se disipó, la ilusión se hizo jirones. ¡Flor de un día!— José Luis de Córdoba Benedicto. Barcelona.

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