Urinarios para todos en las calles de Ámsterdam

Una multa impuesta a una joven holandesa destapa la falta de retretes urbanos para mujeres

© GETTY IMAGES

A Geertje Piening, una holandesa de 23 años, le pusieron en 2015 una multa de 140 euros por orinar en la calle en el centro de Ámsterdam. Era de noche, había salido a tomar unas copas con sus amigas, y necesitó ir al baño. Con los bares cerrados y los únicos urinarios públicos cercanos aptos para hombres, evacuó en la calle. La policía la vio y la sancionaron por ensuciar la vía pública. Muy molesta por la situación, ella decidió no pagar para denunciar la falta de retretes para mujeres en la ciudad. El caso ha llegado ahora a los tribunales y la sentencia del juez ha provocado una oleada de c...

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A Geertje Piening, una holandesa de 23 años, le pusieron en 2015 una multa de 140 euros por orinar en la calle en el centro de Ámsterdam. Era de noche, había salido a tomar unas copas con sus amigas, y necesitó ir al baño. Con los bares cerrados y los únicos urinarios públicos cercanos aptos para hombres, evacuó en la calle. La policía la vio y la sancionaron por ensuciar la vía pública. Muy molesta por la situación, ella decidió no pagar para denunciar la falta de retretes para mujeres en la ciudad. El caso ha llegado ahora a los tribunales y la sentencia del juez ha provocado una oleada de críticas. “No es agradable, lo sé, pero podría usted haber evacuado en un cubículo masculino”, ha dicho. Le ha rebajado, eso sí, la pena económica a 90 euros, “por el largo tiempo transcurrido”.

Hogenood (necesidad urgente), una aplicación digital que indica el mingitorio urbano más cercano al usuario de un teléfono móvil, dice que hay 565 públicos en el país, de los cuales 204 son cabinas destinadas a varones y plantadas en las calles. Suelen ser verdes y circulares y los turistas los fotografían con gran jolgorio cuando están ocupados. En la capital hay 35 para varones y solo 4 para mujeres, según Het Parool, el diario local. El juez también señaló que era “solo la segunda vez en su carrera que veía un caso similar”, de modo que supone que “las mujeres tienen menos tendencia que los hombres a orinar al aire libre”.

El fallo ha animado un debate nacional sobre la escasez de lavabos callejeros y el Consistorio ha contestado raudo que son “un servicio ciudadano, pero no una obligación municipal”. La causa ha adquirido también tintes de reivindicación feminista, algo que Geertje Piening asegura no haber buscado. Su intención era resaltar una carencia, y su voz ha sonado tan alto que ha sido preciso cancelar una concentración prevista en el mismo lugar donde la multaron para evitar posibles disturbios. La convocatoria se hizo a través de Facebook y se apuntó más de un millar de mujeres. Otras 8.000 estaban interesadas en acudir.

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