Periodismo de verdad

Me encuentro llegando al ecuador del Grado de Comunicación. Cuando empecé este camino tenía en mente dos posibilidades bastante opuestas, dedicarme al periodismo o a la publicidad. No lo tenía claro; las dos cosas me atraían. Sin embargo, conforme va pasando el tiempo, se va instalando en mí un sentimiento de animadversión hacia el periodismo. ¿Por qué? Porque no es periodismo.

[*****]Periodismo de verdad queda muy poco. Entiendo el posicionamiento, es lógico, todos tenemos opinión e ideología y es normal que queramos defenderlas. Pero lo que no es normal es que se distorsione la inform...

Me encuentro llegando al ecuador del Grado de Comunicación. Cuando empecé este camino tenía en mente dos posibilidades bastante opuestas, dedicarme al periodismo o a la publicidad. No lo tenía claro; las dos cosas me atraían. Sin embargo, conforme va pasando el tiempo, se va instalando en mí un sentimiento de animadversión hacia el periodismo. ¿Por qué? Porque no es periodismo.

[*****]Periodismo de verdad queda muy poco. Entiendo el posicionamiento, es lógico, todos tenemos opinión e ideología y es normal que queramos defenderlas. Pero lo que no es normal es que se distorsione la información, se oculte parte de la misma o se resalte solamente aquello que interesa para hacer más relevante nuestra postura. Y es que cada vez el periodismo se parece más a la publicidad, a la publicidad de la política, pero a una publicidad oculta y disfrazada de otra cosa. Así que desde hace unos meses decidí enfocar mi trabajo hacia la rama publicitaria, esa publicidad que quiere venderte algo y no lo oculta.— Dei Arroyo Sanchis. Valencia.