Cartas al director

Gibraltar

He oído hablar de guerra. Sin contar el coste en dolor, sufrimiento y vidas humanas, que es incalculable, ¿nos hacemos cargo de cuánto cuesta una guerra? ¿Somos conscientes de que no hay guerras grandes, pequeñas o medianas, sino que cuando un país entra en guerra lo hace para ganarla, a sabiendas de que el conflicto puede degenerar en una guerra total en todo su territorio? El futuro del Peñón está en manos de sus habitantes. Eso lo ha dicho Reino Unido por activa y por pasiva, y no hay motivos para sospechar que estuviera mintiendo. Pues bien, una vez Reino Unido quede fuera de la Unión Euro...

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He oído hablar de guerra. Sin contar el coste en dolor, sufrimiento y vidas humanas, que es incalculable, ¿nos hacemos cargo de cuánto cuesta una guerra? ¿Somos conscientes de que no hay guerras grandes, pequeñas o medianas, sino que cuando un país entra en guerra lo hace para ganarla, a sabiendas de que el conflicto puede degenerar en una guerra total en todo su territorio? El futuro del Peñón está en manos de sus habitantes. Eso lo ha dicho Reino Unido por activa y por pasiva, y no hay motivos para sospechar que estuviera mintiendo. Pues bien, una vez Reino Unido quede fuera de la Unión Europea y con él lo haga el Peñón, sus habitantes lo van a pasar tan mal como España quiera. O tan bien. Todo es cuestión de dinero, para los llanitos y para los españoles que allí trabajan; porque el mandato de negociación para el Brexit incluye una cláusula que dice que una vez concluido el proceso, toda relación futura con Gibraltar se hará con el consentimiento de España.

Lo que necesitamos ahora no son guerreros, sino políticos que estén a la altura y sepan administrar la zanahoria y el palo.— Antonio Fernández Aguirre. Santander.

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