Tentaciones

Por qué parece falso el vídeo de los regalos “sorpresa” en el Metro de Madrid

Guapos, educados, sonrientes, ¿actores?… los pasajeros que vemos cada mañana en nuestro vagón no son así. Aquí algunos motivos por los que no nos tragamos esta felicitación navideña con supuesta cámara oculta

“6:30h de la mañana. Metro Laguna. Un regalo en cada asiento. ¿Qué ocurrió?” Este vídeo navideño, publicado por Metro Madrid en su Facebook, ha recibido millones de reproducciones, compartido sesenta mil veces, tropecientos comentarios y noticias (“Metro de Madrid sorprende a los viajeros de Laguna con un regalo en cada asiento a las 6.30h de la mañana”).

Un momento, pero si estos pasajeros no se parecen en nada a los que vemos cada mañana en nuestro vagón. ¿Qué está pasando aquí? He aquí algunos de los motivos por los que nos parece claro que son actores contratados para fingir sorpres...

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“6:30h de la mañana. Metro Laguna. Un regalo en cada asiento. ¿Qué ocurrió?” Este vídeo navideño, publicado por Metro Madrid en su Facebook, ha recibido millones de reproducciones, compartido sesenta mil veces, tropecientos comentarios y noticias (“Metro de Madrid sorprende a los viajeros de Laguna con un regalo en cada asiento a las 6.30h de la mañana”).

Un momento, pero si estos pasajeros no se parecen en nada a los que vemos cada mañana en nuestro vagón. ¿Qué está pasando aquí? He aquí algunos de los motivos por los que nos parece claro que son actores contratados para fingir sorpresa (y tampoco con demasiado esfuerzo, la verdad).

1. SON TODOS GUAPOS

De momento, el metro no es un reservado de una discoteca pija con derecho de admisión. Todo el mundo puede acceder a este medio de transporte público, previo pago de billete o abono transporte. Las personas feas también. Pero, por algún extraño motivo, en este vídeo no vemos a nadie feo y todos están impecablemente vestidos y aseados. No cuela.

2. SUPERDESPIERTOS Y FELICES

Si a las 9 de la mañana ya vemos gente bostezando, como arrugada, a medio hacer, legañosa, suplicando por un café, odiando su vida… No nos queremos imaginar cómo es la cosa a las 6.30h de la mañana. Estos tipos y tipas parecen haber ido antes al gimnasio y meditado durante tres horas, desayuno mediante. Van a trabajar sonrientes, como quién se va de vacaciones.

3. LES GUSTA EL REGALO

¿Qué cara pondrías tú si abres un regalo y descubres una especie de mapache azul de peluche con el símbolo de Metro de Madrid en los ojos? Primero mirarías a ver si hay algo más, un regalo de verdad. Y después, al ver que no es así, tu gesto sería de asco, ingrato, exigiendo que te devuelvan inmediatamente ese medio minuto de tu vida que has perdido desenvolviéndolo. Más que un obsequio es una ofensa.

4. DEMASIADAS RAZAS

Estamos en la parada de metro de Laguna, no en la del aeropuerto de Barajas. Las probabilidades de que los primeros viajeros en entrar sean un mosaico de etnias (latinos, asiáticos o de raza negra…) son escasas. Se les ha ido la mano en el casting y han montado un anuncio de Benetton, de Tommy Hilfiger… una versión deluxe del metro de Nueva York.

5. NO HAY MÚSICOS

Viajar por la mañana en metro implica disfrutar gratis de las actuaciones en directo (estas sí son sorpresa) de jóvenes llegados de allende los mares o de los montes Cárpatos para cantarnos bien temprano y como los ángeles “tengo hambre de ti, de tu presencia, de tu fragancia”. Boleros, canción ligera, italianazas, todo hits. Borrarlos de esta escena no solo es sospechoso, es injusto. Devuélvannos a los músicos, por favor.

6. SOBREACTÚAN

Oh, qué sorpresa. Oh, me ha tocado una cantimplora. Oh, te la cambio por tu peluche. Oh. Todo aquí es una ceja arqueada, unos ojos como platos, muecas y esperpento. El momento álgido de esta representación teatral de fin de curso son los testimonios finales. Hemos visto más espontaineidad y verdad en los niños que salían en el NO-DO, firmes como soldados. Estos supuestos pasajeros 1) recitan de memoria o 2) leen en una pizarra. “Me ha sorprendido mucho y empiezas el día con otra ilusión, con otra energía, con otra alegría…”. “Gracias al metro de Madrid voy a pasar las Navidades más calentitas”.

7. SOLO COGEN UNA CAJA

Si has estado alguna vez en Fitur o, bueno, si has vivido en España alguna vez, sabrás que el español es miserable hasta el ridículo. Se arrastra por el fango si algo es gratis y si puede pillar cien caramelos en lugar de uno, mejor que mejor. Arramplar con todo, aunque no le guste ni lo necesite, es deporte y religión en este país, por lo que el orden y la disciplina con la que se sienta cada uno en su asiento y abre su regalo huele demasiado a chamusquina. Y al final ¡aplauden!

8. A ver, todo el vídeo es una gran pantomima. No hace falta que expongamos más motivos ¿no?

 

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