Espasmos terroristas

Mientras los populistas y xenófobos se alimentan del miedo, los demás nos armamos de razones para seguir adelante

Manifestación en Berlín en apoyo a las víctimas de los atentados.ODD ANDERSEN (AFP)

Es difícil describir como normalidad la sinrazón terrorista con la que nos ha tocado vivir: el asesinato en medio de nuestras ciudades de pacíficos civiles desarmados es un acto de barbarie tan execrable que difícilmente puede pensarse en él en términos de normalidad. Pero al mismo tiempo, la reiteración por toda Europa de ataques sin exigencia de contrapartidas tiende ante nosotros la tentación de despacharlos como puro nihilismo y seguir con nuestras vidas, no como si nada hubiera ocurrido, sino precisamente con la conciencia de que a pesar de su gravedad hay poco que podamos hacer al respec...

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Es difícil describir como normalidad la sinrazón terrorista con la que nos ha tocado vivir: el asesinato en medio de nuestras ciudades de pacíficos civiles desarmados es un acto de barbarie tan execrable que difícilmente puede pensarse en él en términos de normalidad. Pero al mismo tiempo, la reiteración por toda Europa de ataques sin exigencia de contrapartidas tiende ante nosotros la tentación de despacharlos como puro nihilismo y seguir con nuestras vidas, no como si nada hubiera ocurrido, sino precisamente con la conciencia de que a pesar de su gravedad hay poco que podamos hacer al respecto.

Puede que para los perpetradores de estos ataques y sus simpatizantes, caso de que los hubiere, estos expresen una lógica de venganza que, al menos para ellos, contenga cierto sentido o satisfacción. Es posible que así sea, pero por lo general desconocemos sus motivaciones; e incluso cuando las conocemos vía los padrinos o legitimadores de estos terroristas sobrevenidos o lobos solitarios, nuestra reacción sigue más cerca de la respuesta racional que del impulso irracional de actuar en el mismo plano de venganza o represalia.

Sabemos que vamos a convivir con el terror yihadista durante muchos años. Sabemos que los espasmos serán dispersos geográficamente y de intensidad muy variada. Sabemos que no podremos eliminarlos totalmente, y tan solo a medias prevenirlos porque, aunque sus latigazos nos toquen muy de cerca, sus raíces son profundas y lejanas. Y también sabemos que, por desgracia, en nuestras sociedades existen tentaciones xenófobas y populistas que quieren valerse del miedo que genera el miedo.

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Estamos armados y hacemos bien en estarlo, pues hay que combatir el terrorismo, dentro y fuera de Europa, con todos los medios, policiales, judiciales o militares. Pero nuestra seguridad no proviene de estar armados hasta tal punto que sepamos que podemos garantizar la vida de nuestos conciudadanos al 100%. Mientras los populistas y xenófobos se alimentan del miedo y los espasmos terroristas para catapultarse hacia el poder con cada atentado, los demás nos armamos de razones para seguir adelante. Esa es nuestra principal fortaleza.

@jitorreblanca

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