Cartas al director

El otro lado del mostrador

Se acercan las fechas navideñas y no sé por qué a todos os ha dado por comprar regalos cuando son Papá Noel y/o los Reyes Magos quienes se encargan de repartirlos. Sea como sea, aprovecharé esta carta para representar a otros que, como yo, no tenemos la suerte de tener tiempo suficiente como para ir de tiendas y hacer felices a nuestros seres queridos ya que somos nosotros, precisamente, los que estamos al otro lado del mostrador. El mensaje que quiero mandar es sencillo: relajaos. Os atenderemos a todos, uno por uno, cuando os toque y como os merecéis (exactamente como os merecéis). Tal vez n...

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Se acercan las fechas navideñas y no sé por qué a todos os ha dado por comprar regalos cuando son Papá Noel y/o los Reyes Magos quienes se encargan de repartirlos. Sea como sea, aprovecharé esta carta para representar a otros que, como yo, no tenemos la suerte de tener tiempo suficiente como para ir de tiendas y hacer felices a nuestros seres queridos ya que somos nosotros, precisamente, los que estamos al otro lado del mostrador. El mensaje que quiero mandar es sencillo: relajaos. Os atenderemos a todos, uno por uno, cuando os toque y como os merecéis (exactamente como os merecéis). Tal vez no tengamos la mejor cara o actitud, pero resulta difícil mantener la compostura tras varias horas de intensa actividad, con un flujo de clientela circulando constantemente y en unas fechas en las que se puede incluso triplicar los ingresos del comercio. Eso agota hasta al más pintado. Así que, en la medida que podáis, armaos de paciencia y ayudad a los dependientes, cajeros, camareros, asesores, ayudantes, vigilantes de seguridad, etcétera, que son los que hacen realidad vuestros sueños y los de vuestros seres queridos.— Israel Hernández Ros. Barcelona.

 

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