David Tang, el magnate del millón de amigos

Íntimo de Carlos de Inglaterra, Fidel Castro y Kate Moss, publica un libro sobre cómo comportarse en sociedad

David Tang, a la derecha, acompañado de la modelo Kate Moss, el diseñador Tommy Hilfiger y la codirectora de la galería Serpentine Gallery Julia Peyton, el pasado julio.DAVE BENETT (GETTY IMAGES)

La modelo Kate Moss lo llama “tío David”, la duquesa de York veranea en su yate, es íntimo del dirigente cubano Fidel Castro, sale de fiesta con la actriz Sienna Miller, el Papa lo recibe en audiencia... y la lista podría seguir y seguir. Quien acuñó el dicho “los amigos de verdad se cuentan con los dedos” no conocía a sir David Tang, el millonario mejor conectado de Reino Unido. El magnate nació en Hong Kong hace 62 años, en una familia con una larga tradición de emprendimiento: su bisabuelo estableció en la colonia un banco que prestaba dinero a cambio de plata, y su abuelo fundó una compañí...

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La modelo Kate Moss lo llama “tío David”, la duquesa de York veranea en su yate, es íntimo del dirigente cubano Fidel Castro, sale de fiesta con la actriz Sienna Miller, el Papa lo recibe en audiencia... y la lista podría seguir y seguir. Quien acuñó el dicho “los amigos de verdad se cuentan con los dedos” no conocía a sir David Tang, el millonario mejor conectado de Reino Unido. El magnate nació en Hong Kong hace 62 años, en una familia con una larga tradición de emprendimiento: su bisabuelo estableció en la colonia un banco que prestaba dinero a cambio de plata, y su abuelo fundó una compañía de autobuses.

Lang llegó a Cambridge con 13 años para estudiar en el internado Perse School. Acabó licenciándose en Filosofía y Derecho en el King’s College y durante un par de años dio clases en la Universidad de Pekín. Pero el impulso emprendedor era más fuerte que su vocación docente, y en 1991 inauguró en Hong Kong su primer China Club, un restaurante y club privado que hoy también cuenta con sedes en China y Singapur. Tres años después, lanzó la firma de moda Shanghai Tang, considerada la primera marca china de lujo —en 2006 se la vendió al grupo Richemont—. El Cipriani de Hong Kong, el restaurante China Tang en el londinense Hotel Dorchester, la compañía de distribución de habanos The Pacific Cigar Company o la marca de decoración Tang Tang Tang Tang, dirigida a la pujante nueva clase media china, son sus otras líneas de negocio. Además, en 2011 dio el salto a las nuevas tecnologías con la web ICorrect.com, ideada para que las celebridades —algunas de ellas, sus amigos— puedan desmentir información errónea o falsa publicada sobre ellos en la Red.

De izquierda a derecha, David Tang, Camilla Parker Bowles y Carlos de Ingalterra, en el barrio chino de Londres en 2015.getty images

Lang es también un experto en etiqueta, hasta el punto de protagonizar desde hace seis años un consultorio en el Financial Times donde resuelve a los lectores cuitas más o menos mundanas y comparte anécdotas de su biografía. La columna es el germen de Rules for Modern Life,el libro que acaba de publicar en la editorial Penguin, y en el que aconseja —o, más bien, pontifica— sobre protocolo y buenas maneras.

Tang considera que nuestra sociedad está perdiendo las formas, y tiene claro de quién es la culpa: “Nuestra obsesión con los dispositivos móviles hace que prestemos mucha menos atención —o ninguna en absoluto— a los demás. Hay que deshacerse del móvil y mirar, escuchar y hablar más. Tan simple como eso”.

Con casas en Londres, Hong Kong y China, también es coleccionista de arte, concertista de piano y filántropo. Entre sus proyectos de mecenazgo más recientes destaca China Exchange, un foro de intercambio cultural entre China y Reino Unido con sede en Londres donde algunos de sus amigos ilustres se lanzan a dar charlas o conferencias.

La princesa Eugenia y sir David Tang, en 2009.cordon press

Casado en segundas nupcias y padre de dos hijos que ya son treintañeros, tampoco anda corto de títulos: ha sido investido Caballero de la Orden del Imperio Británico, Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y hasta cónsul honorario de Cuba en Hong Kong.

Es fácil comprender por qué su compañía resulta tan estimulante. Y aunque no está entre las grandes fortunas del mundo, su agenda no tiene precio.

El secreto de la amistad, asegura, es cultivarla (“Los mejores amigos solo se crean por ósmosis: ambas partes necesitan pasar tiempo juntas, por lo menos 10 años”) e incluir a un espectro de gente lo más amplio y variado posible. “Es la riqueza de conocer experiencias distintas a las tuyas lo que hace que se mantenga el interés en cualquier relación duradera”. dice. Tal vez por eso en ocasiones ha alternado con personajes tan dudosos como Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, que, según cuenta, le dio el teléfono de su sastre. Sin embargo, hay un individuo al que no traga: Donald Trump. “No debería ser presidente —escribió en el Financial Times—. A juzgar por la decoración de sus casas, tiene el peor gusto del mundo”.

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