Mujeres poderosas, libros y saraos

Carolina y el embajador; Juliette e Isabel en Madrid y el romance de Carrie Fisher y Harrison Ford

Carolina Herrera, en Madrid.Samuel Sánchez

Carolina y el embajador. Esto es un no parar. Antes eran solo los martes y los jueves: permanentemente tachados de las agendas de la alegre tribu social madrileña. Cenas, presentaciones, aperturas de tiendas y hasta de un sobre, les (nos) tenían muy entretenidos. Pero, ay, ahora no hay (valga la redundancia sonora) día de la semana en que peluquerías y cabifies no estén más petados que el neceser de maquillaje de Trump. Esta semana empezó con lunes de fiestón. ...

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Carolina y el embajador. Esto es un no parar. Antes eran solo los martes y los jueves: permanentemente tachados de las agendas de la alegre tribu social madrileña. Cenas, presentaciones, aperturas de tiendas y hasta de un sobre, les (nos) tenían muy entretenidos. Pero, ay, ahora no hay (valga la redundancia sonora) día de la semana en que peluquerías y cabifies no estén más petados que el neceser de maquillaje de Trump. Esta semana empezó con lunes de fiestón. Carolina Herrera recibía. Presentaba 35 Years of Fashion, un libro homenaje a su extensa y exitosa carrera. No se había visto una cola tan larga en la entrada de la residencia del embajador de Estados Unidos desde que se inauguró el Primark de Gran Vía, si se me permite la odiosa comparación. Porque la noche fue incomparable. Como el talento y poder de convocatoria de la anfitriona.

Juliette e Isabel. Todavía con resaca metafórica del lunes, el martes, más madera. El miércoles, premios de tiros largos. El jueves, de cinco a seis y media, cóctel con la nueva y rutilante estrella del calzado, Edgardo Osorio. A las siete, el eventazo más esperado del año: cóctel de Loewe en tienda, al que seguía otro fiestón en el Botánico. Y las invitadas estrella, otras dos mujeres bellas, maduras y poderosas: Isabel Preysler y Juliette Binoche.

¡Y Carrie Fisher y Harrison Ford! Pero cuando las mujeres poderosas se hartan pasa lo que pasa. Carrie Fisher, en su autobiografía The Princess Diarist, desvela que sí, amigas, el santurrón de Han Solo ya intuyó que bajo la túnica monjil de Leia había una bomba en bikini mucho antes que Jabba el Hutt. Ella tenía 19 años y él, 33. Él estaba casado y con dos churumbeles, ella era una jovencita ingenua y… cómprense el libro si quieren saber qué pasó. Como para destriparnos el argumento entre nosotras, mujeres maduras y poderosas. O no.

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