Cartas al director

Espíritu de Superación

Un accidente que me dejó una pierna averiada, y que me obligó a una temporada recluido en casa, me ha permitido seguir los Juegos Paralímpicos como nunca lo había hecho. Verdaderamente, ha constituido un descubrimiento, pues confieso que nunca anteriormente había seguido esta competición. Me ha sorprendido, en primer lugar, la alegría que exhiben los participantes tanto en la victoria como en la derrota. Más sorprendente todavía son las cosas que son capaces de realizar a pesar de las graves deficiencias físicas que padecen: invidentes que corren, saltan longitud o nadan en la piscina, ciclist...

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Un accidente que me dejó una pierna averiada, y que me obligó a una temporada recluido en casa, me ha permitido seguir los Juegos Paralímpicos como nunca lo había hecho. Verdaderamente, ha constituido un descubrimiento, pues confieso que nunca anteriormente había seguido esta competición. Me ha sorprendido, en primer lugar, la alegría que exhiben los participantes tanto en la victoria como en la derrota. Más sorprendente todavía son las cosas que son capaces de realizar a pesar de las graves deficiencias físicas que padecen: invidentes que corren, saltan longitud o nadan en la piscina, ciclistas con una sola pierna que dan vueltas a un velódromo, nadadores con las piernas paralizadas, o con un solo brazo y, en algunos casos sin brazos, que practican todas las modalidades en una piscina. Nos hace pensar en el espíritu de superación del ser humano, en la necesidad de hacer cosas para sentirse vivo, en el intentar hacer lo que nunca hemos hecho. Todo ello tiene un aroma quijotesco, pues la lucidez que empujó a Don Quijote a disfrutar sus maravillosas aventuras es la misma que impulsa a los participantes en estos Juegos. Honor y gloria a todos ellos.— Alberto Fernández.Marbella.

 

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