Cartas al director

Como cada verano

Ya estamos “acostumbrados” a ver como en verano España arde por los cuatro costados. Pérdida de vidas humanas y miles de hectáreas de naturaleza arrasadas. Unos echan la culpa a quien ha encendido un papel, otros al pirómano de turno que quema a propósito, pero nadie habla de la responsabilidad de quienes no mantienen nuestros bosques en unas adecuadas condiciones de limpieza y salud suficientes, de forma que estos incontrolables incendios no se puedan producir.

Por si alguien tiene duda de que es posible evitar los incendios devastadores, les recuerdo que durante siglos en España se h...

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Ya estamos “acostumbrados” a ver como en verano España arde por los cuatro costados. Pérdida de vidas humanas y miles de hectáreas de naturaleza arrasadas. Unos echan la culpa a quien ha encendido un papel, otros al pirómano de turno que quema a propósito, pero nadie habla de la responsabilidad de quienes no mantienen nuestros bosques en unas adecuadas condiciones de limpieza y salud suficientes, de forma que estos incontrolables incendios no se puedan producir.

Por si alguien tiene duda de que es posible evitar los incendios devastadores, les recuerdo que durante siglos en España se ha hecho la comida con leña en nuestros bosques y montes en pleno verano, y si se ha escapado el fuego este se ha quedado en un susto, ya que enseguida se ha controlado. ¿El secreto? muy fácil: las gentes de los campos mantenían los bosques y los montes limpios de broza y los árboles separados unos de otros lo suficiente como para que, en caso de incendio, las llamas no pudieran saltar de árbol en árbol.— Carlos Carretero Legrand.

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