Cartas al director

La gestión de la democracia turca

La exhibición de fuerza hecha por el presidente turco Erdogan el pasado domingo en un multitudinario mitin puede ser un paso más en el debilitamiento de la democracia turca. De boca de Erdogan salieron palabras como “limpieza” para referirse a la purga de los seguidores de Gülen. Esto no es más que un discurso que deshumaniza al opositor, ya que lo presenta como lo sucio, lo impuro, lo que está fuera de la norma, lo susceptible de ser limpiado. Quizás de este modo allane el camino al segundo elemento de su discurso, su abierta disposición a restablecer la pena de muerte, amparándose para ello ...

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La exhibición de fuerza hecha por el presidente turco Erdogan el pasado domingo en un multitudinario mitin puede ser un paso más en el debilitamiento de la democracia turca. De boca de Erdogan salieron palabras como “limpieza” para referirse a la purga de los seguidores de Gülen. Esto no es más que un discurso que deshumaniza al opositor, ya que lo presenta como lo sucio, lo impuro, lo que está fuera de la norma, lo susceptible de ser limpiado. Quizás de este modo allane el camino al segundo elemento de su discurso, su abierta disposición a restablecer la pena de muerte, amparándose para ello en la “voluntad del pueblo”.

Hacer frente a un golpe de Estado ciertamente es un gran logro, y ha sido una gran muestra de madurez democrática por parte del pueblo turco. Ahora bien, el segundo paso es gestionar la democracia, uno de cuyos pilares es que todos sus individuos han de ser considerados como seres humanos, no como elementos sucios susceptibles de ser “limpiados” o ejecutados.— Sara Hidalgo García. Pasaia (Gipuzkoa).

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