Cartas al director

Licencia para pagar

Es estimulante salir victorioso de un proceso tan arduo como el de ir a la autoescuela. Casi de forma ceremoniosa y tribal, el trámite supone un avance en nuestra inclusión en la sociedad, una confirmación más de nuestra madurez y una herramienta de liberación para poder, al fin, fluir por el asfalto. Pero ¿a qué precio? Una vez terminado y licencia en mano, echamos un vistazo a nuestro bolsillo y descubrimos que el agujero es más hondo de lo que imaginábamos al principio. Aunque las comparaciones sean odiosas, la cifra es desalentadora; el precio de la licencia B en España ronda los 1.000 eur...

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Es estimulante salir victorioso de un proceso tan arduo como el de ir a la autoescuela. Casi de forma ceremoniosa y tribal, el trámite supone un avance en nuestra inclusión en la sociedad, una confirmación más de nuestra madurez y una herramienta de liberación para poder, al fin, fluir por el asfalto. Pero ¿a qué precio? Una vez terminado y licencia en mano, echamos un vistazo a nuestro bolsillo y descubrimos que el agujero es más hondo de lo que imaginábamos al principio. Aunque las comparaciones sean odiosas, la cifra es desalentadora; el precio de la licencia B en España ronda los 1.000 euros, mientras que en Estados Unidos cuesta unos 100 dólares. Uno se pregunta si el conductor español medio requiere una instrucción más compleja y costosa.

¿Por qué pagamos diez veces el valor de un carné que alrededor del mundo cuesta tan poco?— Daniel Cullell Aranda. Barcelona.

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