Periodismo por ‘dummies’

Hoy, es más fácil encontrar un gurú del periodismo digital que alguien que te arregle la caldera

Un hombre consulta la versión web de distintos medios. Gorka Lejarcegi

Fui a una charla sobre el futuro del periodismo. La moderadora lanzaba preguntas sensatas y, de los tres que respondíamos, una soltaba optimismo bien armado, otro ponía su verga sobre la mesa y la golpeaba al ritmo de una canción de Queen y quien esto escribe hacía el ganso y sugería que lo peor que nos ha sucedido en este siglo es eso de cambiar un modelo viejo que da menos dinero por uno no nuevo con el que pocos saben cómo hacer dinero. Hoy, es más fácil encontrar un gurú del periodismo digital que alguien que ...

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Fui a una charla sobre el futuro del periodismo. La moderadora lanzaba preguntas sensatas y, de los tres que respondíamos, una soltaba optimismo bien armado, otro ponía su verga sobre la mesa y la golpeaba al ritmo de una canción de Queen y quien esto escribe hacía el ganso y sugería que lo peor que nos ha sucedido en este siglo es eso de cambiar un modelo viejo que da menos dinero por uno no nuevo con el que pocos saben cómo hacer dinero. Hoy, es más fácil encontrar un gurú del periodismo digital que alguien que te arregle la caldera.

De camino a la charla leía un artículo del NYT en el que se comentaba el éxito viral de un vídeo de la web Buzzfeed —esa que ha logrado que un sitio económico y uno de deportes acaben publicando los mismos contenidos— en el que se le ataban unas gomas a una sandía hasta hacerla explotar. 10 millones de visitas. El redactor concluía que esas pepitas que volaban por los aires éramos todos los periodistas del mundo. Dudo que nadie sintiera empatía por nuestro gremio. Cuando sucedió la huelga de los mineros en Gran Bretaña en 1984, desde el pop hasta la comunidad gay se alió con ellos. Si se hablaba de sandías era para ver cómo repartirlas entre las familias que llevaban un año sin ingresar una libra. Perdieron. Y ahí supimos que los trabajadores vamos a estar jodidos para siempre. Pero los periodistas somos tan imbéciles que creemos que nuestro debate no tiene nada que ver con la dignidad, sino con algo mucho más elevado, como eso de lograr sacar dinero de una sandía que explota.

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