El gesto de Paco

La revelación no fue cualquier cosa. No recuerdo haber visto en una tele a otro español tan popular y respetado como Paco León desvelar su desacomplejada bisexualidad

Paco León le contó a Bertín Osborne que él había tenido indistintamente novios y novias y que, cuando conoció a Ana, la madre de su hija, tenía novio. No ella, sino él. Bertín se quedó en blanco pero En la tuya o en la mía logró atrapar la atención de casi cuatro millones de espectadores. Un espacio rosa-basura hubiera pagado una fortuna por un instante así. Esos programas viven del desprecio sistemático de la intimidad y de comprar testimonios que excitan los bajos instintos. Pero Paco, en...

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Paco León le contó a Bertín Osborne que él había tenido indistintamente novios y novias y que, cuando conoció a Ana, la madre de su hija, tenía novio. No ella, sino él. Bertín se quedó en blanco pero En la tuya o en la mía logró atrapar la atención de casi cuatro millones de espectadores. Un espacio rosa-basura hubiera pagado una fortuna por un instante así. Esos programas viven del desprecio sistemático de la intimidad y de comprar testimonios que excitan los bajos instintos. Pero Paco, en una charla de lo más confortable, lo hizo porque venía a cuento y, más que nada, porque le dio la real gana.

La revelación no fue cualquier cosa. No recuerdo haber visto en una tele, en horario de máxima audiencia, a otro español tan popular y respetado como Paco León desvelar su desacomplejada bisexualidad con la naturalidad con la que se evoca una travesura entrañable de la infancia. Algunos han proclamado su homosexualidad e, incluso, la han sobreactuado, para crearse un personaje o festejarla como una seña de identidad. Pero una confesión como la de Paco, en ese registro tan suave, sin que nadie la provoque, es una rareza formidable.

Nuestro aire moral es muy relajado, pero el relato de una condición diferente a la heterosexual, sobre todo sin ninguna clase de énfasis, mantiene un carácter anómalo. Persiste el pánico al qué dirán, al cuchicheo, a incomodar a ciertos seres queridos, a resultar señalado, a la homofobia más o menos sutil o a ser mirado de reojo.

Paco, con ese gesto tan suyo, desinhibido e inteligente, se burló de todos esos miedos, dejó perplejo a Bertín Osborne y encandiló a la gente. Bravo.

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