¡Cómo me gustaría!

Para terminar se despediría de mí: "Adiós Pedro Reyes, encantado". ¡Ay! ¡Ojalá algún día se cumpla mi sueño!

Joaquín Reyes, en 'El club de la comedia',

Cómo me gustaría que una persona a la que no conociera de nada –a poder ser, un varón sentado en una terraza de una cafetería- me llamara alzando la mano: "¡Oye! ¡Oye! ¡Ven! ¡Ven! ¡Sí, tú! ¡ven!". Y que yo, un poco obligado por las circunstancias, aturdido, atolondrado me terminara acercando. Me encantaría que una vez a su lado y sin que, en ningún momento, hiciera siquiera el intento de levantar su culo del asiento, me apretara el brazo, me zarandeara, me dijera: "¡Madre mía! ¡Qué gracioso eres! ¡Eres un crack!". Por pedir, pediría también que estuviera acompañado por un puñado de pe...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cómo me gustaría que una persona a la que no conociera de nada –a poder ser, un varón sentado en una terraza de una cafetería- me llamara alzando la mano: "¡Oye! ¡Oye! ¡Ven! ¡Ven! ¡Sí, tú! ¡ven!". Y que yo, un poco obligado por las circunstancias, aturdido, atolondrado me terminara acercando. Me encantaría que una vez a su lado y sin que, en ningún momento, hiciera siquiera el intento de levantar su culo del asiento, me apretara el brazo, me zarandeara, me dijera: "¡Madre mía! ¡Qué gracioso eres! ¡Eres un crack!". Por pedir, pediría también que estuviera acompañado por un puñado de personas, y que todas me miraran entre expectantes y extrañadas. Él me mostraría: "¡Mirad! ¡Es un cómico! ¡Sale en El club de la comedia!", diría. "¿A qué sales en El club de la comedia?". Me preguntaría si, algunas veces, acertaría a responder yo. "No nos suena", contestaría entonces uno de los acompañantes. Él alzaría la voz un poco más si cabe. "¿Pero es que no lo conocéis? ¡Me cago en la leche!". "No nos suena", se volvería a oír. "¿Cómo que no? ¡Joder! ¡Es un cómico!". Insistiría, vendría entonces un coro deslavazado, me parece que lo he visto alguna vez. "Entonces, ¿hace monólogos? ¿Es el que se disfraza? A mí no me hace gracia, no te molesta que te lo diga ¿no?…". Yo sonreiría esperando el momento de la foto: "¡Hazte una foto! ¡Toma, haznos una foto!", espetaría el líder de la manada. Cómo disfrutaría ese momento donde agachado, empujado, juntando mi cara con la de unos desconocidos posara una, dos, incluso tres veces: una vez por si acaso, otra porque no ha salido, otra porque era un vídeo…

Para terminar se despediría de mí: "Adiós Pedro Reyes, encantado".

¡Ay! ¡Ojalá algún día se cumpla mi sueño!

Archivado En