Cartas al director

Luis Figuerola-Ferretti

Hace unos días asistí a un funeral en memoria de Luis Figuerola-Ferretti, fue un acto excepcional. La iglesia estaba a rebosar.

La última vez que nos vimos, hace unos meses, fue para pedirle que colaborara en el homenaje a la Compañía Yeses. Él ya se encontraba delicado de salud, pero su generosidad se impuso y accedió.

La imitación era solo una de sus facetas, creó personajes populares que asomaban en Radio Nacional como Doña María, Braulio y tantos otros. Como creativo publicista ideó anuncios y canciones muy conocidas. A Luis le gustaba cantar y lo hacía participando en coros ...

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Hace unos días asistí a un funeral en memoria de Luis Figuerola-Ferretti, fue un acto excepcional. La iglesia estaba a rebosar.

La última vez que nos vimos, hace unos meses, fue para pedirle que colaborara en el homenaje a la Compañía Yeses. Él ya se encontraba delicado de salud, pero su generosidad se impuso y accedió.

La imitación era solo una de sus facetas, creó personajes populares que asomaban en Radio Nacional como Doña María, Braulio y tantos otros. Como creativo publicista ideó anuncios y canciones muy conocidas. A Luis le gustaba cantar y lo hacía participando en coros como el de los Jerónimos.

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Parecía que el espíritu de Luis sobrevolaba sobre los que estábamos allí. El acto alcanzó su máxima intensidad cuando, acompañado del órgano, sonó un saxo interpretado por el hijo menor de Luis, Juan Figuerola-Ferretti Garrigues, que emocionó a todos los presentes.— Elena Cánovas Vacas.

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