Anki, el ‘scalextric’ de Silicon Valley

Una pista con giros y rectas de infarto, entre dos y cuatro coches, un mando de control y velocidad endiablada. Esa era la esencia del Scalextric, uno de los juegos más emblemáticos en los setenta y los ochenta que mantuvo despierto el interés hasta finales del siglo pasado. En España y Reino Unido se considera un objeto de culto. Son los dos lugares donde se mantienen vivos los clubs de fans y aún se venden unidades.

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