Kiasmos, el baile soñado

Uno de los tópicos más odiosos relativos a la música electrónica es aquel que asegura que todo aquello que se hace con máquinas es frío y sin alma. Por suerte, en las últimas cinco décadas (por no ir más lejos) ha habido una ingente cantidad de ejemplos que han dejado claro que no solo se puede emocionar con sintetizadores, cajas de ritmos, ordenadores y otros artilugios que no tienen cuerdas. Pero para los más obcecados, aquellos que siguen negando la capacidad de la electrónica para erizar el vello, solo podemos recomendarle que se encomienden al poder sugestivo del dúo islandés Kiasmos.
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Uno de los tópicos más odiosos relativos a la música electrónica es aquel que asegura que todo aquello que se hace con máquinas es frío y sin alma. Por suerte, en las últimas cinco décadas (por no ir más lejos) ha habido una ingente cantidad de ejemplos que han dejado claro que no solo se puede emocionar con sintetizadores, cajas de ritmos, ordenadores y otros artilugios que no tienen cuerdas. Pero para los más obcecados, aquellos que siguen negando la capacidad de la electrónica para erizar el vello, solo podemos recomendarle que se encomienden al poder sugestivo del dúo islandés Kiasmos.

Formados en Reikiavik fruto de la unión del compositor Ólafur Arnalds -conocido por su trabajo en la música vanguardista y ambiental- y el ingeniero de sonido Janus Rasmussen (y también parte del grupo Bloodgroup), Kiasmos es la conjunción de la electrónica de baile con el sonido evocador que ha caracterizado parte de la producción de Arnalds. Tras el EP Thrown de 2012, el pasado año publicaron su primer álbum, Kiasmos, y este 2015 han lanzado el EP Swept, con el que siguen ahondando en su capacidad para crear composiciones que incitan tanto al baile cómo a dejar la mente divagar. Sus directos, como el de la pasada edición de Sónar, han acabado por hacer de ellos uno de los nombres clave de la escena electrónica actual. Hoy se podrá comprobar en Madrid, dentro del ciclo 981 Heritage de SON Estrella Galicia.