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Camino a la normalidad

A pesar de que ETA aún no se ha disuelto, su existencia ya no tiene casi ningún efecto en el día a día del País Vasco, donde el turismo crece y la paz arraiga

20 oct 2015 - 16:10CEST

Las detenciones de miembros de la banda no han dejado de sucederse en estos cuatro últimos años. En la imagen, agentes de la policía francesa trasladan a comisaría a un detenido por pertenencia a la banda terrorista mientras lanza gritos de "Gora ETA", en 2012.Javier Etxezarreta (EFE)

Izaskun Lesaka era la jefa militar de ETA junto a David Pla e Iratxe Sorzábal. En la imagen, Lesaka en el hotel en Mâcon (Francia) donde fue arrestada por la policía francesa en 2012. Pla y Sorzábal continúan en busca y captura.L. CIPRIANI (AP)

Iñigo Arcauz y Ramón Gómez, del PP, brindan junto al alcalde donostiarra Juan Karlos Izagirre (Bildu) en un gesto que años atrás habría sido inconcebible.J. URIARTE

Los últimos jefes de ETA que quedaban, Iratxe Sorzabal y David Pla, detenidos el 22 de septiembre de 2015 en un duro golpe a lo que queda de la banda. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, comentó tras estas detenciones que "lo que queda de ETA cabe en un microbús pequeñito".EFE

Tres alcaldes de tres municipios emblemáticos —Carlos Totorika (PSE), de Ermua (Bizkaia), símbolo de la rebelión contra ETA; Eneko Goia (PNV), de San Sebastián, la ciudad vasca más castigada por el terrorismo, y Julen Mendoza (Bildu), de Rentería (Gipuzkoa), muy conflictiva— expresan a EL PAÍS sus visiones, marcadas no sólo por sus respectivas siglas sino por las vivencias de sus municipios. Cada cual pone sus matices, pero coinciden en que las cosas han cambiado.JAVIER HERNÁNDEZ

El monumento La Paloma de la Paz, del escultor Néstor Basterrechea, ha sido trasladarlo desde el barrio donostiarra de Amara a la orilla del mar, junto a la playa de La Zurriola, donde parece estar a punto de echar a volar sobre la capital guipuzcoana.www.sansebastianturismo.com