Editorial

Más que una moda

Ciudadanos tiene la oportunidad de convertirse en alternativa de poder

Los resultados obtenidos por Ciudadanos en las elecciones al Parlamento de Cataluña suponen un salto cuantitativo muy importante y ofrecen a Albert Rivera la oportunidad de demostrar que el partido que preside es más que una moda y que puede convertirse en alternativa de Gobierno en los próximos comicios de diciembre. Los datos confirman que es la única fuerza política nacional que ha crecido en todas las citas electorales de 2015, y en Cataluña ha superado con creces a los otros tres partidos más importantes de ámbito estatal: PP, PSOE y Podemos.

En una entrevista que publicó ayer EL P...

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Los resultados obtenidos por Ciudadanos en las elecciones al Parlamento de Cataluña suponen un salto cuantitativo muy importante y ofrecen a Albert Rivera la oportunidad de demostrar que el partido que preside es más que una moda y que puede convertirse en alternativa de Gobierno en los próximos comicios de diciembre. Los datos confirman que es la única fuerza política nacional que ha crecido en todas las citas electorales de 2015, y en Cataluña ha superado con creces a los otros tres partidos más importantes de ámbito estatal: PP, PSOE y Podemos.

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En una entrevista que publicó ayer EL PAÍS, Rivera asegura ser consciente de su situación ante las próximas elecciones: "No nos podemos poner techo, igual que no tenemos suelo”. Un punto de realismo digno de destacar y que puede ayudarle a seguir avanzando paso a paso, sin verse afectado por el mal de altura que a veces sufren los políticos por un éxito puntual.

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Ciudadanos nació hace ocho años en Cataluña, cuando empezó a tomar impulso la deriva secesionista, como una fuerza civil de centro y con un objetivo muy marcado de lucha contra el independentismo. A lo largo de estos años, Albert Rivera se ha bregado en el Parlamento catalán y ha ido madurando un proyecto nacional, que lanzó en las elecciones andaluzas de marzo pasado, confirmó en las municipales y autonómicas de mayo, y obtuvo su mayor éxito el 27 de septiembre en Cataluña.

En 2015 se ha consolidado como un partido bisagra, diferente a los que tradicionalmente desempeñaban ese papel en España (CiU y PNV). Ha elegido ser gozne en una puerta de vaivén, que abre indistintamente a derecha e izquierda y que le permite pactar con el PP y el PSOE. Así lo ha hecho en los Gobiernos regionales de Madrid y Andalucía, en los que ha permitido la gobernabilidad a cambio de condiciones y propuestas programáticas.

El partido que lidera Rivera se enfrenta ahora a un reto importante: conseguir ampliar su espectro de votantes (jóvenes, descontentos, urbanos y reformistas) y aspirar a dar ese salto cualitativo que le permita competir con el bipartidismo para encabezar el Gobierno de la nación. Las últimas encuestas sitúan al PP y al PSOE con una estimación de voto agregado superior al 50%, mientras que Podemos y Ciudadanos suman un 35%.

Para conseguir ese salto, Ciudadanos tiene que afianzar un equipo sólido, asegurarse candidatos fiables y presentar un programa electoral completo y estructurado, que haga olvidar a los posibles electores su falta de experiencia en el gobierno de lo público. A lo largo del año ya ha presentado propuestas en materia política, económica y social (sanidad y educación principalmente), que deben ser completadas con programas concretos en política exterior y de defensa y, por supuesto, con reformas políticas de calado, empezando por la propia Constitución.

Albert Rivera tiene una buena oportunidad, tanto por la frescura de su proyecto, como por el hartazgo de los españoles hacia los partidos tradicionales. Pero debe demostrar a los escépticos que no es la marca blanca del PP y tiene que confirmar que su audacia y su ambición se sustentan en propuestas propias y sólidas y en equipos fiables.

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