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El viajero astuto
Por Isidoro Merino

Bichos asesinos: eres una víbora

Al pensar en ellas sentimos escalofríos, pero en el fondo las serpientes nos ponen. Son sinuosas, como Monica Bellucci. Son misteriosas e impredecibles. Provocan miedo, pero las contemplamos con hipnótica delectación y un punto de lujuria tras los cristales de los terrarios. / Fotos: Corbis

Que te mate una víbora cuando enseñas a un grupo de personas con fobia a las serpientes cómo superar sus miedos da muy mal rollo. Le ocurrió en 2013 a Dieter Zorn, un alemán de cincuenta y tres años que llevaba veinticinco trabajando en espectáculos con reptiles, durante una gira por el sur de Franci...

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Al pensar en ellas sentimos escalofríos, pero en el fondo las serpientes nos ponen. Son sinuosas, como Monica Bellucci. Son misteriosas e impredecibles. Provocan miedo, pero las contemplamos con hipnótica delectación y un punto de lujuria tras los cristales de los terrarios. / Fotos: Corbis

Que te mate una víbora cuando enseñas a un grupo de personas con fobia a las serpientes cómo superar sus miedos da muy mal rollo. Le ocurrió en 2013 a Dieter Zorn, un alemán de cincuenta y tres años que llevaba veinticinco trabajando en espectáculos con reptiles, durante una gira por el sur de Francia. El áspid con el que jugueteaba para demostrar a su auditorio que no hay que tenerles miedo a las bichas se le fue de las manos y lo mordió. Varias veces. A Zorn solo le dio tiempo de meter a su asesino en el terrario antes de desplomarse y morir de un fallo cardiaco, por el susto o por el veneno. Ese día no hubo aplausos.

La serpiente que mató a Dieter Zorn es uno de los pocos ofidios venenosos que habitan en Europa, y una de las cuatro serpientes venenosas que se pueden encontrar en España: la víbora hocicuda o de Lataste (Vipera latastei), la víbora áspid (Vipera aspis), la víbora de Seoane (Vipera seoanei) y la agresiva culebra bastarda o de Montpellier (Malpolon monspessulanus), que puede llegar a medir dos metros y medio y tiene la capacidad de inocular veneno a sus presas con unos dientes acanalados situados en la parte posterior de la boca (a este tipo de culebras con un rudimentario aparato venenoso se las conoce como opistoglifas).

Arma letal

El general cartaginés Aníbal empleó calderos llenos de víboras como arma biológica durante las guerras púnicas que enfrentaron a romanos y cartagineses por el control del Mediterráneo: los lanzaba con catapultas sobre los barcos de la flota romana, más que nada por chinchar. Los romanos, con poco sentido del humor, respondieron con esta frase en latín: “Delenda est Cartago”, que se podría traducir como “Cartago será destruida”, “esta broma no tiene gracia” o “quien ríe el último ríe mejor”.

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Nombre: víbora (género Vípera)

Descripción: su aparato venenoso es el más evolucionado entre los ofidios, con colmillos retráctiles que se abren como la hoja de una navaja en el momento de morder y varios repuestos a cada lado de la mandíbula, como las balas en el cargador de una pistola automática. La familia de los vipéridos comprende unas 50 especies, todas ellas venenosas. Las víboras, al igual que sus primas americanas, los crótalos y mocasines, tienen cabeza grande y triangular, cuerpo grueso y cola corta.

Tipo de veneno: hemotóxico, por mordedura.

Tiempo de aparición de los síntomas: a los pocos minutos.

Casos mortales: por fallo cardiaco, hemorragias internas o insuficiencia renal.

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