La fascinación de los políticos por el cine

A estas alturas, ya no es un secreto que la clase política francesa tiene excelentes relaciones con el mundo de la farándula. El último en demostrarlo ha sido François Fillon, quien fuera primer ministro durante el mandato presidencial de Nicolas Sarkozy. El político acaba de revelar que, a los 17 años, participó como figurante en el rodaje de la película Las 24 horas de Le Mans junto a Steve McQueen, filmada en 1971 en la localidad francesa y ciudad natal d...

A estas alturas, ya no es un secreto que la clase política francesa tiene excelentes relaciones con el mundo de la farándula. El último en demostrarlo ha sido François Fillon, quien fuera primer ministro durante el mandato presidencial de Nicolas Sarkozy. El político acaba de revelar que, a los 17 años, participó como figurante en el rodaje de la película Las 24 horas de Le Mans junto a Steve McQueen, filmada en 1971 en la localidad francesa y ciudad natal del político. Un artículo del diario Le Parisien, centrado en los vínculos entre política francesa y deporte, ha sacado a la luz un capítulo sobre el que Fillon ya se había expresado brevemente en 2013.

Lionel Jospin, Bruno Le Maire o Frédéric Mitterrand también han interpretado papeles en el cine

“No se me ve, pero estoy en la película”, dijo entonces. “Cada mañana, tomaba mi moto para recorrer los 18 kilómetros que me separaban del circuito y poder participar en el rodaje”. Fillon es un apasionado del automovilismo desde muy joven, cuando su abuelo le llevaba a ver la célebre carrera de resistencia en el circuito de la Sarthe, a la que volverá a asistir el fin de semana que viene. Además, el político también participó en 2014 en la carrera Le Mans Classic, exclusiva para automóviles de colección, al volante de su Alfa Romeo Giulietta. Fillon aspira ahora a liderar las filas del centroderecha en las presidenciales de 2017, pese a figurar en mala posición en los sondeos. Los últimos le dan poco más del 5% de los sufragios de los simpatizantes conservadores, frente al más de 30% que recogen Sarkozy u otro rival de altura, Alain Juppé, primer ministro entre 1995 y 1997.

Pero Fillon no es el único político francés que ha hecho sus pinitos en el cine. El diputado conservador Bruno Le Maire, figura pujante del nuevo partido sarkozista Los Republicanos y también precandidato a la presidencia francesa, tuvo una pequeña participación en Quai d’Orsay, estrenada en 2014, que se inspiraba en las vivencias de un colaborador del exprimer ministro Dominique de Villepin, de cuyo equipo formó parte Le Maire.

El también diputado Jean-François Copé, que dirigió el partido que ahora lidera Sarkozy hasta 2014, reveló hace unos meses que estuvo a punto de obtener un papel en la película La fiesta (La Boum), inmenso fenómeno adolescente en Francia, que lanzó la carrera de Sophie Marceau a principios de los ochenta. Pero, el día del último casting, se puso enfermo y no pudo acudir. “¿Estuve a punto de rodar con Copé? Tal vez hubiera hecho un servicio a la política si hubiera terminado en el cine. Tal vez era algo puro en aquella época”, le lanzó Marceau, que ha reconocido haber votado a Sarkozy en 2007, durante una entrevista concedida al semanario Society. Copé se dijo “herido” por el comentario de la actriz.

Lionel Jospin, primer ministro socialista entre 1997 y 2002, se interpretó a sí mismo en la película Los nombres del amor, donde la protagonista era una chica que seducía a votantes de derecha para convertirles, definiéndose a sí misma como una “puta política”. Rodada en 2010, fue presentada por el propio Jospin en el Festival de Cannes. Por su parte, el exministro Frédéric Mitterrand, sobrino derechista del expresidente socialista, fue guionista y realizador antes de ocupar la cartera de Cultura a las órdenes de Sarkozy en la pasada legislatura. Aunque puede que su papel más célebre sea el de narrador del superéxito internacional Amélie.

La actual ministra de Cultura, Fleur Pellerin, también fue pillada hace pocas semanas pidiéndole un papel a Michel Hazanavicius, el oscarizado director de The Artist, que estos días prepara la tercera entrega de la saga OSS 117, parodia de las sagas de espionaje que debería rodar con Jean Dujardin. “¿Me daría un papel? Incluso si es solo para pasar detrás, como Hitchcock…”, le requirió Pellerin durante una cena, en una escena captada por las cámaras. El director le aseguró que le daría unas vueltas, pero que le parecía “complicado”. “Bueno, no es grave. Ahora mismo estoy un poco ocupada”, ironizó la ministra. Pellerin ya demostró sus dotes como actriz en la última ceremonia de los César, donde participó en el rodaje improvisado de un sketch cómico junto al actor Louis Garrel.