Tentaciones
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Los ochenta empiezan ahora

Gerard Alegre, vocalista del Último Vecino, encarna la Nueva Ola de la Nueva Ola. Sus bailes espasmódicos y su peculiar voz podrán disfrutarse hoy en el SOS 4.8

La nostalgia de lo que nunca se vivió es, con permiso del desamor, uno de los mayores filones de inspiración de los compositores musicales. Las canciones de Gerard Alegre, líder de El Último Vecino (un grupo nacido de "la necesidad de concretar en el mundo de la composición, la búsqueda de un estilo, de coherencia y normalidad"), respiran esa añoranza tanto en las bases electrónicas, de aire innegablemente ochentero, como en las letras. Su último lanzamiento, el maxi-single Tu casa nueva, suena a La Mode y a Golpes Bajos, aunque Gerard se siente más influenciado por "los prim...

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La nostalgia de lo que nunca se vivió es, con permiso del desamor, uno de los mayores filones de inspiración de los compositores musicales. Las canciones de Gerard Alegre, líder de El Último Vecino (un grupo nacido de "la necesidad de concretar en el mundo de la composición, la búsqueda de un estilo, de coherencia y normalidad"), respiran esa añoranza tanto en las bases electrónicas, de aire innegablemente ochentero, como en las letras. Su último lanzamiento, el maxi-single Tu casa nueva, suena a La Mode y a Golpes Bajos, aunque Gerard se siente más influenciado por "los primeros discos de El  Último de la Fila que corrían por casa de mis padres, ese sonido casi electrónico se me quedó grabado a fuego".

A la vez, hay en su música algo fresco, nuevo y joven, como este Peter Pan que confiesa que uno de sus mayores miedos es hacerse mayor. "Como estoy ahora aún tira que te vas, pero cada vez que se acerca mi cumpleaños lo paso fatal". Creativo, tenaz y cabezón  ("me cuesta mucho centrarme, pero si decido que hago música puedo hacerlo durante 14 horas al día"), a Gerard le gusta trabajar solo y se siente muy cercano a las máquinas con las que lo hace. "He grabado gran parte de mi trabajo en un Pentium II que se colgaba cada dos por tres, y el ventilador hacía un ruido tan bestia que se colaba por los micros. Cuando vino Javiera Mena a grabar las voces para Culebra, columna y estatua nos pasamos horas; no había manera de que el ordenador funcionara. Pero le tenía mucho cariño".

Él pone las canciones y sus colegas Paul, Bernat y Manuel le acompañan en directo. Acaban de tocar en Austin (Texas) y México, país donde les recibieron como si fueran Hombres G y del que Gerard todavía conserva el horario dos semanas después de volver a España ("siempre he sido un poco caótico con estas cosas", sonríe). Asegura haberlo disfrutado al máximo. "Es muy difícil explicar lo que se siente cuando tocas en directo. Te elevas de una manera muy extraña, no físicamente, pero como si lo fuera". Basta con ver sus espasmódicos bailes para entender por qué se ha fraguado una base de fans de esos a los que les gusta ponerse bien cerca del escenario, que salpique la colección de hits neonuevaoleros que han fabricado en apenas un largo y un maxi. "Si paso dos semanas sin actuar, puedo tener una bajona seria". Aunque asegura que le encantarÌa girar por Inglaterra y EE UU, ("como a todo el mundo, vamos"), el concierto de sus sueños tendrÌa lugar bastante más cerca. "Me encantarÌa tocar en la [antigua plaza de toros] Monumental de Barcelona. Los primeros conciertos que vi fueron allÌ, con mis padres, rollo Ana Belén y Víctor Manuel. Me impresionaba pensar 'hostia, pero cuanta peña'. Me gustaría pensar lo mismo, pero desde su escenario".

Por lo pronto, son uno de los grupos más esperados en el Festival SOS 4.8. Y los padrinos del reestreno de Tentaciones. La versión del tema Eterno Femenino de La Mode en la voz de Gerard se ha convertido en la sintonía de esta cabecera.

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