Cartas al director

Nuevo tiempo político

El discurso del fin del bipartidismo proclamado por los partidos emergentes se ha instalado en la percepción política de la sociedad con una facilidad pasmosa. En España el bipartidismo no existe. La pluralidad de partidos y la representatividad de dispares ideologías en las instituciones son la base de nuestro sistema político. Es cierto que la ley electoral favorece la concentración del voto y que durante más de treinta años sólo dos partidos se han alternado en el Gobierno, pero es precisamente por la concurrencia de fuerzas políticas de múltiple signo —13 formaciones representadas en el Co...

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El discurso del fin del bipartidismo proclamado por los partidos emergentes se ha instalado en la percepción política de la sociedad con una facilidad pasmosa. En España el bipartidismo no existe. La pluralidad de partidos y la representatividad de dispares ideologías en las instituciones son la base de nuestro sistema político. Es cierto que la ley electoral favorece la concentración del voto y que durante más de treinta años sólo dos partidos se han alternado en el Gobierno, pero es precisamente por la concurrencia de fuerzas políticas de múltiple signo —13 formaciones representadas en el Congreso de los Diputados— por lo que se establecen límites que garantizan una mayoría estable para gobernar. Ningún Parlamento, ni autonómico ni nacional, tiene nada que ver con los sistemas británico o estadounidense, donde las alternativas a demócratas o liberales, y republicanos o conservadores, directamente se quedan sin representación y fuera de las cámaras.

Es evidente que un nuevo tiempo político se abre en España, y esta nueva etapa no será a costa del hundimiento de ninguna estructura, sino que se construirá, como hasta ahora, con los mimbres de la participación y la convivencia.— Jesús Alberto Mesas Núñez. 

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