Cartas al director

Involución social

A veces me cuesta creer las noticias. Me sorprenden, y me pregunto si realmente la sociedad española ha evolucionado o, por el contrario, aún vivimos en las cavernas. En Barcelona, un joven se divierte dando una patada a una mujer mientras su amigo le graba con el móvil. En el campo del Betis, los aficionados jalean el nombre de un jugador acusado de agredir y amenazar a su exnovia, a la que insultan y denigran públicamente.

Pensaba que éramos una sociedad moderna e igualitaria, una sociedad del siglo  XXI que había dejado atrás ciertos comportamientos machistas y era digna de comparars...

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A veces me cuesta creer las noticias. Me sorprenden, y me pregunto si realmente la sociedad española ha evolucionado o, por el contrario, aún vivimos en las cavernas. En Barcelona, un joven se divierte dando una patada a una mujer mientras su amigo le graba con el móvil. En el campo del Betis, los aficionados jalean el nombre de un jugador acusado de agredir y amenazar a su exnovia, a la que insultan y denigran públicamente.

Pensaba que éramos una sociedad moderna e igualitaria, una sociedad del siglo  XXI que había dejado atrás ciertos comportamientos machistas y era digna de compararse con las sociedades más avanzadas de Europa, pero determinadas acciones ponen de manifiesto que, en el fondo, no es así. Parece que nuestro macho —el español— necesita demostrar de vez en cuando su hombría más visceral y marcar su territorio como hacían sus ancestros. O quizás, en nuestra sociedad, la igualdad entre hombres y mujeres sólo es una fachada construida con adobe.— Cecilia Sales Piñeiro.

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