Cartas al director

Los toros desde la cárcel

Hay que agradecer a José Ortega Cano que, desde su celda, haya sacado fuerzas para darnos a todos un toque de atención sobre el futuro de los toros; pero, en mi opinión, todos los intentos por relanzar la fiesta nacional pasan por José Tomás, al que nadie menciona cuando se trata el tema de la decadencia de los toros.

Convendremos en que la temporada la marca José Tomás, matador excepcional y distinto al resto, cuyo solo anuncio en un cartel provoca entusiasmo. Cada una de sus ausencias en San Isidro merma toda la temporada, como se mermaría una Liga española de fútbol en la que no estu...

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Hay que agradecer a José Ortega Cano que, desde su celda, haya sacado fuerzas para darnos a todos un toque de atención sobre el futuro de los toros; pero, en mi opinión, todos los intentos por relanzar la fiesta nacional pasan por José Tomás, al que nadie menciona cuando se trata el tema de la decadencia de los toros.

Convendremos en que la temporada la marca José Tomás, matador excepcional y distinto al resto, cuyo solo anuncio en un cartel provoca entusiasmo. Cada una de sus ausencias en San Isidro merma toda la temporada, como se mermaría una Liga española de fútbol en la que no estuvieran presentes el Barça o el Athletic Club de Bilbao. Si nos abandonan, nada sería igual.

Dice el empresario de Las Ventas que a José Tomás no hay que llamarle porque “es él quien llama”. Pues habrá que llamarle. Su presencia es vital, de vida o muerte para los toros.— José Luis Gardón.

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