Día de la Paz

Hoy, en la mayoría de colegios, es fiesta de guardar. Se celebra el Día de la Paz. Buena oportunidad para, con canciones, bailes y murales, incidir en la resolución no violenta de conflictos. Por una parte, reconocer los propios sentimientos y trabajar valores y hábitos de convivencia es la mejor vacuna contra la intolerancia cotidiana. Por otra, hay demasiados pueblos sumidos en la miseria que provoca la guerra, con sus “daños colaterales” de muerte, hambre, refugiados y abusos de todo tipo. Afortunadamente, estas realidades no las sufrimos en nuestro entorno más próximo, pero la fortuna, com...

Hoy, en la mayoría de colegios, es fiesta de guardar. Se celebra el Día de la Paz. Buena oportunidad para, con canciones, bailes y murales, incidir en la resolución no violenta de conflictos. Por una parte, reconocer los propios sentimientos y trabajar valores y hábitos de convivencia es la mejor vacuna contra la intolerancia cotidiana. Por otra, hay demasiados pueblos sumidos en la miseria que provoca la guerra, con sus “daños colaterales” de muerte, hambre, refugiados y abusos de todo tipo. Afortunadamente, estas realidades no las sufrimos en nuestro entorno más próximo, pero la fortuna, como es bien sabido, es caprichosa, y todo en cualquier momento podría ser distinto. Por ello, hay que trabajar denodadamente para, mediante la educación, mejorar las relaciones humanas a pequeña y gran escala. El día que se conmemora la muerte de Gandhi debería ser solo la punta de un iceberg con muchísimo más trabajo debajo. Nos va la vida en ello.— Santiago Aragón Guarné.