La sanidad privada

Un sábado por la tarde fui a urgencias de una clínica privada por una infección. Me atendieron rápido y bien. La doctora me dijo que podía pasar a recoger los resultados del análisis el miércoles siguiente. Llegó el miércoles por la mañana y me dirigí a buscarlos con la mala suerte de que aún no habían llegado. Por la tarde me llamaron de la misma clínica y entendí que nunca iban a llegar esos resultados. Por lo visto hicieron todo el proceso de envío de la muestra al laboratorio correctamente, excepto enviar la muestra. Entiendo que todo el mundo puede cometer fallos, pero yo pago mes tras me...

Un sábado por la tarde fui a urgencias de una clínica privada por una infección. Me atendieron rápido y bien. La doctora me dijo que podía pasar a recoger los resultados del análisis el miércoles siguiente. Llegó el miércoles por la mañana y me dirigí a buscarlos con la mala suerte de que aún no habían llegado. Por la tarde me llamaron de la misma clínica y entendí que nunca iban a llegar esos resultados. Por lo visto hicieron todo el proceso de envío de la muestra al laboratorio correctamente, excepto enviar la muestra. Entiendo que todo el mundo puede cometer fallos, pero yo pago mes tras mes para que este tipo de fallos no ocurran. Otro caso fue cuando pedí cita a un traumatólogo, también de la sanidad privada, y me la dieron para dos semanas después. Cerca del día de la cita, me llamaron para retrasarla dos semanas, pero no contentos con eso, me la volvieron a retrasar otras dos semanas. Así que desde que pedí la primera cita hasta la última que me dieron pasó un mes y medio, aproximadamente. No sé si estas cosas pasan porque la gente, debido a los recortes en la sanidad pública, ha decidido pasarse a la privada, pero lo que está claro es que ésta se ha visto desbordada. A día de hoy, te atienden con más rapidez y eficacia en un centro público que en uno privado y, a fin de cuentas, los médicos son los mismos.— Ana de la Torre Basterra.