Apaga y vámonos

Las declaraciones de Mónica Oriol sobre las mujeres denotan un problema estructural de la sociedad. Lo que afirma es machista, ignorante y además peligroso. Machista porque da por hecho que los hombres no tienen ese problema: a los hombres que pueden combinar una vida laboral con una familiar tienen que gustarles los niños, o en su defecto ser funcionarios, que no trabajan. Solo las mujeres hacen sacrificios: o “triunfar” o “tener hijos”. Como si fueran dos conceptos opuestos. Esto también es ignorante. Triunfar en lo profesional no debería ser considerado como “vivir para lo profesional”. Pel...

Las declaraciones de Mónica Oriol sobre las mujeres denotan un problema estructural de la sociedad. Lo que afirma es machista, ignorante y además peligroso. Machista porque da por hecho que los hombres no tienen ese problema: a los hombres que pueden combinar una vida laboral con una familiar tienen que gustarles los niños, o en su defecto ser funcionarios, que no trabajan. Solo las mujeres hacen sacrificios: o “triunfar” o “tener hijos”. Como si fueran dos conceptos opuestos. Esto también es ignorante. Triunfar en lo profesional no debería ser considerado como “vivir para lo profesional”. Peligroso. Aunque haya personas que no quieren tener hijos, no debería haber personas que consideren el tener hijos sacrificar una carrera profesional, porque entonces tenemos un problema de base. ¿Quién va a tener hijos? ¿Quién va a tener tiempo para uno mismo, para tener amistades, aficiones, etcétera? Si las mujeres y los hombres tienen carreras exitosas están condenados a tener un séquito de niñeras y a vivir por y para el trabajo, apaga y vámonos. Esto es perjudicial y a la larga inviable.

Se debería acabar con las supermamás que pueden con todo, como con los hombres adictos a sus trabajos y alérgicos a sus hogares. Se acabó, el modelo desarrollado en los últimos años del siglo XX ha demostrado ser un fracaso. Inventemos otro, trabajemos menos, trabajemos mejor, seamos más eficientes y más complacientes con uno mismo. Podremos tener hijos o no, pero será una decisión nuestra y no impuesta por un mercado laboral injusto. Podremos vivir más y mejor.— Gabriel Pérez Begué.