Cartas al director

Cobrar para concienciar

Siempre se ha dicho que viajando se aprende. De todos los pueblos se extraen lecciones. Supongo que quienes visiten España experimentarán lo mismo. De vacaciones en Estocolmo, uno se explica porque nació allí Ikea. Todo está pensado para aprovechar al máximo, sea tiempo, espacio o recursos. Lo veo en el hotel en que me hospedo. Nada queda a la improvisación y eso se agradece. Hace ya unos años escribí una carta en este mismo periódico en el que criticaba el acaparamiento derrochador en que se incurría en los hoteles. Resultado: un montón de comida en el cubo de la basura sin necesidad. En este...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Siempre se ha dicho que viajando se aprende. De todos los pueblos se extraen lecciones. Supongo que quienes visiten España experimentarán lo mismo. De vacaciones en Estocolmo, uno se explica porque nació allí Ikea. Todo está pensado para aprovechar al máximo, sea tiempo, espacio o recursos. Lo veo en el hotel en que me hospedo. Nada queda a la improvisación y eso se agradece. Hace ya unos años escribí una carta en este mismo periódico en el que criticaba el acaparamiento derrochador en que se incurría en los hoteles. Resultado: un montón de comida en el cubo de la basura sin necesidad. En este hotel existe una norma estupenda—no sé si generalizada en toda Suecia— para acabar con ese “acaparar para tirar” que vemos en los comedores de los hoteles españoles: un número de piezas tasado (cuatro) de comida o bebida, (café, zumo, cruasán y sándwich) por comensal; todo lo que sobrepase ese número, a tanto cada pieza extra. Puedo asegurar que las bandejas quedan como la patena.— Gonzalo de Miguel Renedo.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En