El regateo político

Debe ser normal entre ellos, entre las instituciones, entre los socios de gobierno, entre representantes de partidos políticos, entre miembros de la Comunidad Europea, etcétera, pero a mí no deja de sorprenderme cómo una y otra vez todos juegan al regateo. Se trata de pedir lo imposible (o casi) para conseguir lo máximo.

 No puedo menos de pensar en los discursos de charlatanes baratos donde unos ofrecen poco para terminar dando mucho mientras otros solicitan todo para llegar a conseguir algo. Los Ayuntamientos presionan a las Diputaciones o Gobiernos autónomos, los Gobiernos autónomos ...

Debe ser normal entre ellos, entre las instituciones, entre los socios de gobierno, entre representantes de partidos políticos, entre miembros de la Comunidad Europea, etcétera, pero a mí no deja de sorprenderme cómo una y otra vez todos juegan al regateo. Se trata de pedir lo imposible (o casi) para conseguir lo máximo.

 No puedo menos de pensar en los discursos de charlatanes baratos donde unos ofrecen poco para terminar dando mucho mientras otros solicitan todo para llegar a conseguir algo. Los Ayuntamientos presionan a las Diputaciones o Gobiernos autónomos, los Gobiernos autónomos al Gobierno de la nación, el Gobierno de la nación al Gobierno de Bruselas.

Para ennoblecer el pasteleo lo llaman pomposamente “negociaciones políticas”. También sucede con la aprobación de leyes que llevan a la controversia política entre izquierdas y derechas. Así, la Ley de Seguridad Ciudadana se presenta con algunos artículos que, con toda probabilidad, van a ser modificados en los debates previos a su aprobación. Los adversarios, tras largos y aburridos debates, quedarán satisfechos con la rebaja. Igual ocurre con la ley que regula el derecho a la vida. La actualidad nos trae el debate que se está produciendo sobre la consulta de secesión de Cataluña. ¿Estará el señor Artur Mas pidiendo lo imposible para conseguir lo máximo?— Manuel Cojo Marcos.