El conflicto en Oriente Próximo

Sin tiempo para digerir el surgimiento de un Estado yihadista en el norte de Irak, Palestina e Israel acaban de sumarse al club de los escenarios conflictivos en Oriente Próximo. A pesar de todos los análisis realizados en las últimas semanas, parece que dejar sin resolución la guerra civil en Siria ha sido un grave error. Caldo de cultivo para una nueva generación de extremistas suníes, su influencia se ha ido extendiendo como una sombra que amenaza a musulmanes y cristianos por igual. La permanente división de la UE, la soledad internacional del tándem Obama-Hollande en septiembre de 2013 y ...

Sin tiempo para digerir el surgimiento de un Estado yihadista en el norte de Irak, Palestina e Israel acaban de sumarse al club de los escenarios conflictivos en Oriente Próximo. A pesar de todos los análisis realizados en las últimas semanas, parece que dejar sin resolución la guerra civil en Siria ha sido un grave error. Caldo de cultivo para una nueva generación de extremistas suníes, su influencia se ha ido extendiendo como una sombra que amenaza a musulmanes y cristianos por igual. La permanente división de la UE, la soledad internacional del tándem Obama-Hollande en septiembre de 2013 y el consiguiente bloqueo ruso, han permitido que la guerra vaya saltando de país en país como un incendio incontrolado. A todo ello debemos añadir el coste, elevado, no solo en vidas sino en derechos fundamentales para la población local. Los fantasmas de “Libertad Duradera” y “Libertad Iraquí” siguen atenazando nuestra política exterior, pero no es menos cierto que la inacción también se paga con sangre. Como en el caso de Malí, debemos aprender a sopesar los riesgos antes de que estos desestabilicen regiones enteras.— Jaime Aznar Auzmendi.