¡Dejad caer el pasado!’
En relación con el artículo ¡Dejad caer el pasado! publicado en EL PAÍS el 10 de abril cabe añadir que su idea de que los acontecimientos en Ucrania son las consecuencias de la revolución antisoviética y democrática, sin alguna duda, parece muy romántica pero, lamentablemente, la realidad es más dura y vulgar. Una revolución, como es sabido, es un cambio social fundamental en la estructura de poder del Estado. Es decir, lo que no ha pasado de verdad en Ucrania. Basta examinar los listados de los miembros del Gobierno y de la élite gobernante actual y descubriremos los mismos políticos...
En relación con el artículo ¡Dejad caer el pasado! publicado en EL PAÍS el 10 de abril cabe añadir que su idea de que los acontecimientos en Ucrania son las consecuencias de la revolución antisoviética y democrática, sin alguna duda, parece muy romántica pero, lamentablemente, la realidad es más dura y vulgar. Una revolución, como es sabido, es un cambio social fundamental en la estructura de poder del Estado. Es decir, lo que no ha pasado de verdad en Ucrania. Basta examinar los listados de los miembros del Gobierno y de la élite gobernante actual y descubriremos los mismos políticos y oligarcas de siempre, algunos de los cuales por demás antes tenían problemas con la ley.
Desde el punto de vista de los valores europeos, hay muchas razones para considerar lo sucedido en Kiev como un golpe de Estado en regla que llevó más bien al desmarque radical político, étnico y religioso en el país y no a un triunfo de la libertad y democracia. Por eso parece un poco raro lamentar junto con el señor Sorokin que algo similar a esta “revolución” no puede tener lugar en Moscú.— Alexander Korchagin. Agregado de prensa de la embajada de Rusia en España.