¿Cuándo se volverá a repetir?
El baile de declaraciones y contradicciones que han representado en los últimos días el ministro del Interior, el director general de la Guardia Civil y el secretario de Estado de Seguridad podría resultar incluso cómico si como telón de fondo no encontrásemos la inefable muerte de 15 inmigrantes. Porque, lamentablemente, los hechos son esos y las circunstancias que los rodean —selección deliberada de lo videograbado, utilización de material antidisturbio frente a personas en el agua…— tan incomprensibles como aterradoras.
Sin perjuicio de las responsabilidades penales o administrativas...
El baile de declaraciones y contradicciones que han representado en los últimos días el ministro del Interior, el director general de la Guardia Civil y el secretario de Estado de Seguridad podría resultar incluso cómico si como telón de fondo no encontrásemos la inefable muerte de 15 inmigrantes. Porque, lamentablemente, los hechos son esos y las circunstancias que los rodean —selección deliberada de lo videograbado, utilización de material antidisturbio frente a personas en el agua…— tan incomprensibles como aterradoras.
Sin perjuicio de las responsabilidades penales o administrativas que, eventualmente, puedan llegar a apreciarse con el transcurrir de las investigaciones abiertas, los interrogantes que plantea la “¿gestión?” que el Gobierno ha hecho de este suceso son varios: ¿Qué protocolos —si lo hay— sigue la Guardia Civil? ¿Quién ordenó una actuación en términos tan brutales frente a personas que se encontraban en una situación de riesgo objetivo? ¿Qué se pretendía ocultar con la selección de los fragmentos de grabación? ¿Por qué se han ofrecido hasta tres versiones diferentes de los hechos por responsables integrados en un mismo organigrama? Y la pregunta más importante: ¿Cuándo se volverá a repetir?— Álvaro Perea González.