No somos iguales ante la ley
La declaración de la Infanta no aporta nada nuevo al caso sobre su imputación, ya que se ha mostrado evasiva, ignorante y confiada. No ha reconocido la responsabilidad que supone su “firma” en la participación del 50% en la sociedad Aizoon compartida con su marido, y se justifica con frases como: “No recuerdo”, “no conozco la mecánica” o “confiaba en mi marido”, expresiones aceptadas de buen grado por sus abogados.
No, no somos iguales ante la ley; y me refiero a los miles de casos de padres que “confiaban en sus hijos” y un día “firmaron” un aval de su casa para una hipoteca y ahora se...
La declaración de la Infanta no aporta nada nuevo al caso sobre su imputación, ya que se ha mostrado evasiva, ignorante y confiada. No ha reconocido la responsabilidad que supone su “firma” en la participación del 50% en la sociedad Aizoon compartida con su marido, y se justifica con frases como: “No recuerdo”, “no conozco la mecánica” o “confiaba en mi marido”, expresiones aceptadas de buen grado por sus abogados.
No, no somos iguales ante la ley; y me refiero a los miles de casos de padres que “confiaban en sus hijos” y un día “firmaron” un aval de su casa para una hipoteca y ahora se ven desahuciados. O esos preferentistas que según los banqueros se aferran a que “firmaron” unos contratos y ahora han perdido su dinero.
Y yo me pregunto qué sentido tiene una firma si no se exige su responsabilidad. No ocurre lo mismo en casos de desahucios y preferentes, entre otros; en estos sí se aplica esa exigencia.— Fernando Guerrero Barrio.