La montaña que devora a las mujeres

"La llaman la montaña que devora a los hombres, pero es más bien la montaña que devora a las mujeres". Raúl de la Fuente es el director de Minerita, corto documental candidato al Goya que narra la violencia que sufren mujeres y niñas en el entorno de la mina de Cerro Rico (Bolivia), a 4.700 metros de altura, por unos hombres que, conscientes de su condena de muerte por culpa de unas condiciones de trabajo extremas (su esperanza de vida no llega a los 45 años), las agreden y las violan con total impunidad. &q...

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"La llaman la montaña que devora a los hombres, pero es más bien la montaña que devora a las mujeres". Raúl de la Fuente es el director de Minerita, corto documental candidato al Goya que narra la violencia que sufren mujeres y niñas en el entorno de la mina de Cerro Rico (Bolivia), a 4.700 metros de altura, por unos hombres que, conscientes de su condena de muerte por culpa de unas condiciones de trabajo extremas (su esperanza de vida no llega a los 45 años), las agreden y las violan con total impunidad. "De todos los sitios en los que he estado, este es el menos apto para la vida", sentencia el realizador.

Lucía, de 40 años, Ivone, de 16, y Abigail, de 17, son las protagonistas de un relato angustioso al pie de una mina que mata a jóvenes dentro y estrangula a mujeres fuera. Cada una sobrevive y escapa como puede, abandonadas en su desgracia. Las tres viven en la bocamina, en casetas de adobe minúsculas y en algunos casos teniendo que beber el agua contaminada que sale de los túneles.

La mayor de ellas, Lucía, trata de espantar a los agresores haciendo explotar dinamita y saliendo a la carrera, aunque asegura que ya no tiene miedo. Todo lo contrario que Ivone, que, además de huir de los mineros, también debe hacerlo de su padre alcohólico. "Cuando él está en casa, yo me marcho. También pega a mi mamá. Le odio", confiesa en el filme. "Es una chica fuerte, con mucho carácter, que vive con un temor constante. En la grabación pronunció al menos 20 veces la palabra miedo. Ella aguanta allí por su madre, que está coja de una pierna, y sus hermanas, pero le gustaría irse a Brasil", explica De la Fuente. Nunca falta en su bolsillo una piedra con la que defenderse.

Ivone con su madre.

La estrategia de Abigail es mimetizarse con los mineros. Como las dos anteriores protagonistas, se gana la vida guardando el material de los trabajadores, pero ella también entra en la mina por las noches, durante 12 horas (hay unos 13.000 niños mineros en todo Bolivia, según la ONG Cepromin). Antes lo hacía con bastante frecuencia y ahora solo esporádicamente, cuando necesita un dinero extra, a espaldas de la organización con la que pasa el resto del día estudiando, enlazando la mina con los libros en jornadas interminables que casi se juntan la una con la otra. Su sueldo, eso sí, es cinco veces inferior al de un trabajador, aunque, puestos a ser optimistas, en la actualidad cobra. En el pasado, una deuda con los propietarios de la mina por un robo de los materiales que la familia de Abigail custodiaba le obligó a trabajar gratis durante una temporada.

Y con ella se metieron Raúl de la Fuente y Axel O'Mill, responsable de sonido, para grabar el momento más sobrecogedor del corto dentro de esas galerías ruinosas, enfangadas, pestilentes, completamente oscuras, apenas alumbradas por un pequeño foco que cuelga del casco de la joven, que carga centenares de kilos de piedras en su vagoneta. "Entramos la noche siguiente a la muerte de dos jóvenes por un escape de gas. Las galerías están llenas de líquido y barro, y algunos túneles son muy estrechos, por eso necesitan que entren niños. Por supuesto, las medidas de seguridad son nulas. Estuvimos unas tres horas dentro, pero no sé... En realidad pierdes la noción del tiempo. Traté de abstraerme del lugar concentrándome en las aspectos técnicos de la grabación, hasta que ella dijo: 'No toquéis ahí, se puede caer todo'. Esa frase fue como una bofetada de realidad. Ahí decidimos salir lo más rápido posible. Si aquello se caía, estábamos muertos", recuerda el director de Minerita.

Abigail en la mina de Cerro Rico.

La idea inicial también incluía acceder a la mina con ellos, pero la desconfianza que generó entre los trabajadores su presencia les obligó a desistir. "Las mujeres nos recibieron con cautela. Agradecían que se contara su historia, sin embargo, también sabían que eso suponía un riesgo para ellas. Ivone, por ejemplo, no quería participar. Axel le convenció cantándole un tango a ella y a su madre. Rodamos con cuidado para no ponerlas más en peligro. Tratamos que los mineros no estuvieran cerca. Aun así, la tensión era inevitable. Teníamos pensado quedarnos tres semanas, pero al final nos fuimos un poco antes", cuenta De la Fuente.

Esta historia de cine tuvo su inspiración y prólogo hace cuatro años en un reportaje escrito (con fotos y audio) de Dani Burgui y Ander Izagirre sobre los niños mineros de Cerro Rico, en el que ya aparecía Abigail dentro de la montaña, y que fue premiado en 2010 por Manos Unidas como la mejor información del año sobre los países del Sur. "Se había escrito mucho sobre el supermacho minero que se juega la vida, pero se había contado poco sobre la situación de muchas mujeres: violadas y agredidas, y de las situaciones de incesto. Son víctimas con una gran determinación para salir adelante y que no esperan nada de las autoridades ni de Europa", concluye Burgui.

En un futuro no muy lejano, a Raúl de la Fuente le gustaría organizar en Potosí, la ciudad a las faldas de Cerro Rico, un pase privado para Lucía, Ivone y Abigail, las tres heroínas de Minerita. Y tal vez con la compañía de un Goya.

Comentarios

Gracias por informarnos de estas atrocidades, el Mundo es mucho mejor cada vez que una de estas tropelías sale a la luz. ¡Acabemos con ellas!
los niños han de jugar.... no sufrir!! y que los que se reunen en Davos, los del G20, los de la madre que los par.... miren para otro lado siempre.... es horrible!!! gracias por informarnos aunque no podamos hacer mucho más que lamentar la situación que contais y querer pensar que es única para poder dormir esta noche!!
El relato es impresionante por su crudeza y el vil comportamiento de los hombres, que conscientes de su corta vida, no dudan en agredir y cometer aberraciones donde las mujeres del entorno son las víctimas. Dar a conocer estos lugares quizás sirva, para que los gobernantes tomen cartas en el asunto, pero temo que instalados en sus privilegios, ni se inmuten.
No está mal que pongamos un poco de perspectiva en este tema: En la ciudad de Potosí, durante la colonización, el Virrey Francisco de Toledo instauró en 1572 la mita (tributo que pagaban los indios): “una vez cada siete años, durante cuatro meses, los varones de entre 18 y 50 años estaban obligados a trabajar en las minas, casi sin paga y sin ver la luz del sol”. Puntualizo: Los varones. De esa forma desapareció el 80 por ciento de la población masculina de 16 provincias del Virreinato del Perú del que formó parte Potosí. “Cada peso que se acuña en Potosí cuesta diez indios muertos en las cavernas de las minas”, escribió Fray Antonio de la Calancha en 1638. Se calcula que unos ocho millones de indios murieron en Cerro Rico. Varones. Como a los muertos ya no se les puede preguntar, pues imagino que por eso les preguntan a las mujeres. Cuando hayan muerto en Cerro Rico más de ocho millones de mujeres, sólo entonces, se podrá afirmar sin asomo de verguenza que "Cerro Rico es más bien la montaña que devora mujeres".
¿Y como los hombres han pasado tantas calamidades durante todo este tiempo eso les autoriza a degradar, agredir y violar mujeres? Fantástico razonamiento.... además esta situación seguro que es nueva y que no se ha mantenido a lo largo de los siglos en esas zonas..... Que pena pensar así.....
@Sarah: Cuanto más dura es una sociedad o un ambiente, más jerarquizada está. Y cualquier nivel en esta jerarquía maltrata, abusa y explota al nivel inmediatamente inferior, al mismo tiempo que es maltratado, explotado y abusado por el nivel inmediatamente superior. Los hombres sufren el abuso y la explotación de quienes están sobre ellos en la jerarquía, porque resulta evidente que estos mineros no son más que una especie de esclavos. Y abusan de quienes están por debajo, por ejemplo, las mujeres. Y otros muchos hombres. Y las mujeres sufren el abuso de quienes están sobre ella en la jerarquía y abusan de quienes están por debajo, por lo general, niños y ancianos. Si quieres acabar con el abuso a un nivel – por ejemplo, al nivel de las mujeres -, la única forma es acabar con el abuso que sufre el nivel inmediatamente por encima. Lo que no puedes pretender es salvar a las mujeres dejando a los hombres en un barco que se hunde.
La realidad supera a la ficción.Es lamentable que ocurran este tipo de cosas.
Esta atrocidad comenzó en la colonia y de eso ni papa. Hoy ya no es posible denunciar atrocidades del tercer mundo, desde aquí (España), con un trabajo elaborado unilateralmente, montado y escrito a sus espaldas, con dinero, con premios y prestigio para nadie más que para los directores. Vamos, que el colonialismo se suponía que ya lo habíamos superado. Ah, y un consejo a los directores, monten una ONG, en el cine el utilitarismo se descubre más fácilmente.
El maltrato, abuso y explotación a las mujeres y niños es consecuencia, producto del trato que tuvieron las gentes durante la colonia, es un problema psíquico. Se fue arrastrando este flagelo por siglos de los siglos hasta hoy en día, quien sabe hasta cuando. El gobierno actual es de origen indígena este no hace nada para proteger o cambiar la situación de los abusos que se cometen.
@Sarah...De lo mejor que he leido en tiempo, excelente tu reflexion y muy cierta.
Coincido con KEPESADOS, el comentario de Sarah es acertadísimo e irrebatible.Me lo anoto.
España le debe todo al cerro rico de Potosi, gracias a la vida ofrendada de muchos bolivianos, no se quiere reconocer esa deuda histórica, y Bolivia sigue sumida en su pobreza
Entonces éstos atropellos son por culpa de la colonización española. Pues no tenía noticia.Los gobernantes actuales conocen ésta situación con seguridad, así que están tardando en solucionarla.
esto pasa cuando nos encontramos con lo peor del ser humano a la vuelta de la esquina, en europa para ser mas preciso en españa existe la explotación sexual 50.000 mujeres son explotadas en este país, pero sus autoridades miran para otro lado, lo de bolivia es esperable ya que este pueblo sigue siendo una raza primitiva e ignorante, pero que excusa tiene el primer mundo? se supone que a ustedes los han ayudado para que se civilicen, salgan de esa españa profunda, esa del toreo y tradiciones estúpidas para abrazar al mundo civilizado, por ejemplom sus vecinos del centro y del norte que les llevan años de avance en derechos y mentalidad.
Desde luego el maltrato, la violencia, las vejaciones ejercidas sobre cualquier ser humano, en este caso sobre esa pobres mujeres de la mina son inaceptables, insoportables, una mezquindad, pero quería comentar que ahora está de moda recalcar los abusos contra las mujeres cuando también los hombres los sufren, de hecho y en este caso concreto han debido sufrir y morir muchos mas hombres que mujeres en ese lugar de pesadilla, estoy de acuerdo con lo que decía 'Ocho millones de hombres' (no en la cifra de muertos, que me parece exageradísima) en que lamentablemente los abusos siempre se producen del mas fuerte (económica o físicamente) al mas débil, y aquí las mujeres no están libres de culpa porque han ejercido esa violencia sobre niños y ancianos, todavía no he visto películas o documentales que hablen de esto...No hay que caer en el maniqueísmo, todos tenemos que luchar contra la brutalidad y la falta de sensibilidad hacia los demás, pero sin demonizar al género masculino.
Me da la impresión que el tema se está desviando. Está claro que en el Cerro Rico hubo más de una desgracia. Opino que en este caso concreto, sólo se pretende divulgar un tema del que, no se los demás, pero yo no había oído hablar. Sin embargo, no me lo tomo como si estuvieran menospreciando las vejaciones sufridas por parte de otros grupos sociales, ya sean niños y ancianos, así como hombres. Indagando un poco he encontrado esto, que trata del mismo tema enfocado en los niños mineros que trabajan en aquellas terribles laderas: http://www.fronterad.com/?q=mina-como-escuela No seamos prejuiciosos, que una cosa no quita la otra.
Nadie está satanizando a los hombres. El corto muestra una realidad. Mostrar las atrocidades a las que son sometidas las mujeres, fuera de la injusticia laboral que sufren, al igual que los hombres, no es satanizar… Si un hombre sufre explotación laboral, la mujer sufre el doble de explotación solo por su condición de mujer, pero claro que pueden entender los que nacieron machos de eso. Ya que ellos solo son víctimas de la explotación laboral en sus fuentes de trabajo; pero las mujeres son víctimas de los niños, los ancianos, el marido y si trabajan de los acosos por su condición de mujer, menosprecios por su condición de mujer, bajos salarios realizando los mismos trabajos que los hombres, solo por su condición de mujer…Si acá no se está satanizando con la realidad a nadie.

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