Editorial

La Liga y la pasta

La crisis condiciona las emociones y convierte a España en potencia exportadora de futbolistas

Los éxitos deportivos de las naciones son una función de su riqueza; y los de los clubs, también. En el reciente Mundial de Natación, siete de los diez países que lograron más medallas figuran entre los diez con mayor PIB del mundo: USA, China, Rusia, Francia, Alemania, Australia, Brasil. Lo mismo ocurre entre los clubs de fútbol: su éxito depende cada vez más de su riqueza. El Madrid y el Barcelona se reparten el 70% de los 82 campeonatos de Liga disputados. La tendencia es creciente: en las 25 primeras ediciones, entre ambos equipos ganaron la mitad de los títulos; en las 25 últimas, solo en...

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Los éxitos deportivos de las naciones son una función de su riqueza; y los de los clubs, también. En el reciente Mundial de Natación, siete de los diez países que lograron más medallas figuran entre los diez con mayor PIB del mundo: USA, China, Rusia, Francia, Alemania, Australia, Brasil. Lo mismo ocurre entre los clubs de fútbol: su éxito depende cada vez más de su riqueza. El Madrid y el Barcelona se reparten el 70% de los 82 campeonatos de Liga disputados. La tendencia es creciente: en las 25 primeras ediciones, entre ambos equipos ganaron la mitad de los títulos; en las 25 últimas, solo en tres no ha ganado uno de los dos. Ahora llevan nueve seguidos ganando, con el añadido de que en los seis más recientes el uno ha sido campeón y el otro subcampeón.

Esta tendencia tiene que ver con la capacidad de fichaje, función a su vez de los ingresos, parte esencial de los cuales depende de los derechos televisivos. Madrid y Barça perciben por ese concepto 160 millones cada uno, casi diez veces más que la media del resto. La crisis ha influido en todos, pero no en igual proporción. En el curso de mayor gasto de la última década, el 2007-2008, los fichajes del Madrid y Barça suponían el 45% del total; este año son el 56%; sin contar los 100 millones del posible fichaje de Gareth Bale por el Madrid.

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La televisión es parte esencial de los ingresos en las principales ligas europeas, pero en ninguna otra existe tanta desproporción en el reparto. No es que ello reduzca el interés. Dando por supuesto que el título es un terreno reservado para Barça o Madrid, los otros objetivos, participación en Europa y evitar el descenso, se convierten en metas heroicas y hacen que todos los equipos se estén jugando algo decisivo cada jornada.

Pero, a la larga, la imposibilidad de lo imprevisto por arriba puede provocar hartazgo por abajo. Muchos clubs de la zona intermedia o baja están al borde de la quiebra, lo que explica que, al margen de Madrid y Barça, el resto haya este año vendido más que comprado. Entre los vendidos, los goleadores de Atlético (Falcao), Sevilla (Negredo) y Valencia (Soldado), más el del Athletic (Llorente), que se va gratis. Los efectos de esa descapitalización están por ver, pero de momento ha determinado que ocho de los jugadores de la selección española que participaron en el partido contra Ecuador del pasado miércoles militen en equipos extranjeros.

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