Cartas al director

Mirando para otro lado

Todos los que hemos viajado a Siria lo sabemos: el sirio es de los pueblos más hospitalarios del mundo. Estuve por última vez en 2005.

Repasando las fotos y los vídeos no dejo de preguntarme por la suerte de todos los amigos que hice allí. Sobre todo de las niñas pequeñas: Nada, Tala y Noor, y sus hermanos mayores. Esos adolescentes que entonces estaban ilusionados con ir a la universidad y tener una profesión.

Me siento avergonzada cada vez que sale Siria en las noticias. Tanto de ser española como europea. Nuestros Gobiernos no han hecho nada por detener una masacre que dura ya...

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Todos los que hemos viajado a Siria lo sabemos: el sirio es de los pueblos más hospitalarios del mundo. Estuve por última vez en 2005.

Repasando las fotos y los vídeos no dejo de preguntarme por la suerte de todos los amigos que hice allí. Sobre todo de las niñas pequeñas: Nada, Tala y Noor, y sus hermanos mayores. Esos adolescentes que entonces estaban ilusionados con ir a la universidad y tener una profesión.

Me siento avergonzada cada vez que sale Siria en las noticias. Tanto de ser española como europea. Nuestros Gobiernos no han hecho nada por detener una masacre que dura ya más de dos años. Nada. Tan solo negociar el envío de más armas para que continúen muriendo sirios. Luego en las noticias salen las cifras, las imágenes, las comparaciones con otras guerras (dejémonos de eufemismos).

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Cuando termine la guerra, Occidente volverá a reconstruir el país, realizar contratos para sus empresas, hacer estadísticas y reportajes para escribir libros de historia. No creo que quede un sirio vivo para echarles en cara por qué no actuó la comunidad internacional. Solo quedaremos nosotros, los que conocimos a su gente y nos sentimos impotentes en la distancia.— María Teresa Segovia Vargas.

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