El acento

Duelo en la alta ‘Champions’

Los duelos Bayern-Barcelona y Borussia-Real Madrid son dignos de Sam Peckinpah

MARCOS BALFAGÓN

Hay innumerables razones para

la revancha cruel en

las semifinales de la Champions League. El sorteo (o lo que sea) deparó ayer un Borussia de Dortmund-Real Madrid y un Bayern de Múnich-Barcelona. El seguidor menos avisado puede contar con los dedos de la mano estos motivos, y le faltarán dedos: el norte de Europa contra el sur, la ortodoxia restrictiva contra la reactivación, el corsé luterano, y aun calvinista, contra la exuberancia expansiva, dos clubes (los alemanes) que presumen de política deportiva austera contra otros dos que confían (uno más que otro) en los fichajes mil...

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Hay innumerables razones para

la revancha cruel en

las semifinales de la Champions League. El sorteo (o lo que sea) deparó ayer un Borussia de Dortmund-Real Madrid y un Bayern de Múnich-Barcelona. El seguidor menos avisado puede contar con los dedos de la mano estos motivos, y le faltarán dedos: el norte de Europa contra el sur, la ortodoxia restrictiva contra la reactivación, el corsé luterano, y aun calvinista, contra la exuberancia expansiva, dos clubes (los alemanes) que presumen de política deportiva austera contra otros dos que confían (uno más que otro) en los fichajes millonarios... Europa se escinde en una frontera futbolística igual a la política. Grecia, Italia y Portugal estarán con los equipos españoles, para vengarse de los lacerantes costes sociales que, dicen, vienen de Berlín; Austria, Holanda, Dinamarca, Finlandia y Luxemburgo, esa caricatura de la Liga hanseática, con los alemanes, al grito, evidente, aunque no se pronuncie, de “¡Hay que mantener el orden monetario!”. Barcelona y Real Madrid son los paladines de los rescatados; Borussia y Bayern, los campeones de los secuestradores. Sam Peckinpah debería filmar los duelos.

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Así están los ánimos, que nunca atienden a razones. Comete un grave error quien suponga que el ánimo revanchista es menor, que allí se percibe solo un enfrentamiento deportivo. Nada más lejos de la realidad. Baviera acoge la neurosis obsesiva contra el sur manirroto que se gasta los dineros alemanes. Lo esculpió en arrogancia marmórea Uli Hoeness, presidente del Bayern. “Pagamos cientos de millones de euros a España para que salgan de la mierda y luego los clubes no pagan la deuda”. Y a continuación el Bayern compró a Javi Martínez por 40 millones de euros. ¿Daba dinero al Athletic para que “saliera de la mierda” o era solo un síntoma de furibunda incoherencia?

Wembley espera, como Nelson, que Barcelona y Real Madrid cumplan con su deber y jueguen la final. Victor Hugo lo profetizó en La leyenda de los siglos: “Enormes gigantes muy estúpidos /vencidos por manos llenas de ingenio”. Dicen que el funcionariado de Bruselas, circunspecto y oprimido, también está con Barcelona y Madrid.

Y a todo esto, ¿qué pinta Pep Guardiola en el Bayern?

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