La renuncia de Benedicto XVI
Benedicto XVI es un buen sacerdote que se ha dado hasta el final. Ha cumplido su misión hasta terminar exhausto. Con sus palabras sinceras: ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino, se nos va. Fue heroico al aceptar suceder al entrañable Juan Pablo II, sabía que era un momento delicado y superó sus deseos personales de jubilarse, convencido de que Dios se lo pedía. Humilde y sabio, ha dado una lección más de saber hacer. Se despide pidiendo perdón por sus defectos, lo que todavía le hace más grande. Le doy las gracias desde aquí y rezo ya por su sucesor.— ...
Benedicto XVI es un buen sacerdote que se ha dado hasta el final. Ha cumplido su misión hasta terminar exhausto. Con sus palabras sinceras: ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino, se nos va. Fue heroico al aceptar suceder al entrañable Juan Pablo II, sabía que era un momento delicado y superó sus deseos personales de jubilarse, convencido de que Dios se lo pedía. Humilde y sabio, ha dado una lección más de saber hacer. Se despide pidiendo perdón por sus defectos, lo que todavía le hace más grande. Le doy las gracias desde aquí y rezo ya por su sucesor.— Lázaro Crespo Ramas.