Cartas al director

He decidido cerrar mi empresa

He decidido cerrar mi empresa. No puedo mantenerla.

Formo parte de ese pequeño porcentaje de autónomas menores de 30 años y de ese gran número de emprendedores que hace páginas web; y así me va.

He tratado de salir adelante durante casi dos años y medio, pero, desde julio, hasta mi servidor de correo me felicita por no tener e-mails nuevos. He dejado de ponerme americana para ir a trabajar porque ya no tengo reuniones y preveo que para cuando me toque sacar mis cosas de la oficina llevaré una petaca en el bolso y saldré de casa sin peinar.

Pero ha estado bien. En este tiem...

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He decidido cerrar mi empresa. No puedo mantenerla.

Formo parte de ese pequeño porcentaje de autónomas menores de 30 años y de ese gran número de emprendedores que hace páginas web; y así me va.

He tratado de salir adelante durante casi dos años y medio, pero, desde julio, hasta mi servidor de correo me felicita por no tener e-mails nuevos. He dejado de ponerme americana para ir a trabajar porque ya no tengo reuniones y preveo que para cuando me toque sacar mis cosas de la oficina llevaré una petaca en el bolso y saldré de casa sin peinar.

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Pero ha estado bien. En este tiempo he aprendido a negociar, hablar en público, presupuestar, facturar y conseguir que me paguen el trabajo terminado.

También he conocido gente nueva, como el empresario que trató de convencerme para que invirtiera en una estafa piramidal y perdió una pasta, la autónoma que volvió a trabajar días después de dar a luz porque no queda otra y otro montón de buenos profesionales que siguen dándolo todo.

No quería marcharme sin despedirme. En esta ronda me planto. Pero nos veremos en la siguiente.— Elena González Ygoa.

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